Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Tantas veces he tenido que escuchar “espere”
Hace unos días me robaron la cartera. En la misma llevaba varios documentos como la cédula de identificación española (D.N.I.), la tarjeta sanitaria para que me atienda la Sanidad pública de este país en donde estoy viviendo ahora, que por cierto es muy buena, aunque ha habido recortes de prestaciones, mi tarjeta de débito del banco BHD dominicano, mi tarjeta de débito de Bankia, un banco español, una tarjeta especial de transporte, llamada “tarjeta azul”, algunos recuerdos irrecuperables como son fotografías, etcétera…
En definitiva, que me han hecho un buen trastorno porque ahora tengo que ir de entidad en entidad solicitando todos esos documentos, excepto los personales que, como he mencionado, son irrecuperables.
Y cuando digo que “tantas veces he tenido que escuchar la palabra espere”, me refiero a que, en cada entidad a la que me dirijo, me la repiten interminablemente.
Y que, por más que uno proteste, no le prestan atención; te ignoran como si no estuvieses allí.
Como aquí se almuerza tarde, existe la costumbre de, a media mañana, ir a comerse un bocadillo (sándwich) o a tomar el aperitivo. Entonces se forman colas interminables y, si no tienes concertada lo que llaman “cita previa”, es muy posible que, después de esperar horas te digan que ya no se recibe a más gente, que regreses mañana o cualquier otro día que no sea sábado, domingo o feriado.
Como es lógico, uno termina desesperándose pero tiene que acatar las normas, tragarse su mortificación y regresar cuando le hayan indicado.

En ocasiones, si a uno se lo permiten, te dan fecha y hora para la ansiada “cita previa”.

Para no aburrirles con el tema de la burocracia española, les comento que tenía, además, en el bolso, como se dice aquí, un cuaderno con bastantes apuntes del nuevo libro que estoy escribiendo. Hay cosas que recuerdo pero otras no. Intentaré concentrarme para ver si soy capaz de recuperar la memoria y volver a apuntarlos en otra libreta. Sin embargo, muchas veces me resulta difícil.

Pretendo, con la ayuda de Dios, que me llegue la inspiración y la remembranza de dichos apuntes y/o de otros aún mejores.
Y espero poder solucionar el que me den copia de los documentos de los que les hablo.

Sin la cédula, llamada aquí Documento Nacional de Identidad, me resulta imposible obtener los demás documentos. Como no tengo “cita previa”, me iré “a la buena de Dios este próximo día 10, a la comisaría de policía (destacamento) más cercana y en la que emitan la copia de la cédula (no lo hacen en todas).

Así es que me digo a mí misma: “Aida, recuerda el proverbio chino que dice que un paso es el primero de mil pasos”.

El Nacional

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