Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

La risoterapia
Numerosos estudios científicos corroboran que la risa es beneficiosa para la salud pues contribuye a la liberación de endorfinas (hormonas que fortalecen el sistema inmune), aumenta las defensas y favorece el equilibrio psicológico. Uno de sus mayores beneficios es precisamente dicha liberación ya que, al fortalecer el sistema inmune, reduciendo la ansiedad, el organismo está más protegido frente a cualquier infección.

También se vuelve más resistente evitando desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, los trastornos cardiovasculares o el cáncer.

Los adultos solemos reír entre 15 y 100 veces al día de media cuando realizamos actividades placenteras como escuchar música, cantamos, nos reunirnos con amigos, hacemos deporte, comemos chocolate, tomamos el sol, etcétera.

Ya nacemos con la posibilidad de reír y poseemos sentido del humor. De niños reímos unas 300 veces diarias. A menos, obviamente, que un entorno hostil nos lo impida.

Reírse es “contagioso”. Está demostrado que lo hacemos con mayor frecuencia cuando nos relacionamos alegremente con otros, lo que expresa que las personas que ríen más a menudo suelen tener una vida social más intensa y la sensación de bienestar se origina tanto en la asiduidad con que se ríen, como en su relación con los demás.

Todos hemos podido comprobar alguna vez cómo hemos mejorado de una congoja, física o emocional, riéndonos con amigos o viendo una película o programa de humor que nos ha hecho olvidar nuestro pesar. De hecho, hay personas que afirman que se enamoraron de sus parejas porque las hacían reír.

Los actores suelen decir que es mucho más fácil hacer llorar al público que arrancarle una carcajada. Hacer reír es todo un arte, como expresaban los Monty Python en el film “La vida de Brian”: “Always look on the bright side of life”.

El sentido del humor es otra forma de percibir y expresar la realidad. Nos permite sentirnos felices incluso cuando pasamos por momentos duros porque logra que relativicemos los problemas, considerándolos como algo pasajero y no como un daño irreversible. Ese no es el caso de las pérdidas por muerte de seres queridos, claro.

El experto en risoterapia, Luis González Imbert, encargado del sector de atención y servicio a los voluntarios en la organización mexicana “Risaterapia”, afirma que reír puede contribuir a mejorar la calidad de vida de algunos enfermos pues disminuye la percepción del dolor acelerando su recuperación.

Según este especialista, la risa incrementa el riego sanguíneo, por lo que disminuye la presión arterial, y al reír también se liberan lipoproteínas, moléculas formadas por proteínas y grasa, en el torrente sanguíneo, permitiendo reducir el nivel de colesterol. Un dato curioso es que como él indica, la risa ensayada produce casi los mismos efectos que la natural, y en ambos casos relaja los músculos y ayuda a quemar calorías.

El Nacional

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