Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

 

http://aidatrujillo.wordpress.com/

Uno de los aspectos que más llamaron mi atención de este juego de naipes es algo que lo diferencia de otros: en el Mus, habitualmente, no se juega por dinero sino por diversión y un honor que demuestra al contrario el propio poderío.

Con respecto al origen de este interesante juego, muy popular en España, pero desconocido en otros países, existen distintas y confusas versiones, disueltas en el remoto pasado. Al Mus se juega desde hace unos 200 años y existen documentos que así lo acreditan. Sus comienzos se los disputan el País Vasco y Castilla, cuyas comunidades reúnen el mayor número de aficionados. Pero parece ser que es en el primero en donde verdaderamente nació. Esta teoría se basa en el empleo de los vocablos que se utilizan durante las partidas. Son de origen vascongado, incluyendo su propio nombre, “Mus”, y otros como “Órdago”, “Amarraco”, etcétera. Desde sus comienzos hasta hoy, son numerosos los cambios sufridos en este juego, del que me declaro fanática, y todavía se juega de distinta forma, según sea la comunidad o la decisión del grupo en donde se practique.

Para evitar confusiones, la Federación Española de Mus pronunció un reglamento oficial. Por él se rigen los campeonatos federativos y sirve de referencia ante cualquier discusión. En sus comienzos, el Mus se jugaba primordialmente en las tabernas. Sin embargo actualmente se practica en restaurantes, durante la sobremesa, cafeterías, clubes y hasta por Internet. En su estado puro se juega por parejas, dos contra dos, aunque existen variantes que permiten la participación de mayor o menor número de jugadores. Se utiliza la baraja española, de la que se prescinde de los ochos y de los nueves.

Su auténtica historia no está escrita y arduamente se podrían afirmar verdades absolutas. La tradición del Mus se sigue trazando aunque, como he comentado, la más fehaciente es que tiene origen popular y que es muy probable que naciese en las tabernas del norte de España. Es un juego de diversión en el que no se guarda la compostura, utilizándose términos burdos y coloquiales. El escritor Francisco Umbral dijo: “El Mus es un juego de pobres recuperado por los ricos. Es honestamente vicioso”.

El origen de la palabra que lo denomina, “Mus”, procede del vasco y a su vez del francés, mouche, ‘boca’, ‘hocico’, por las señas, gestos específicos, que los compañeros de juego se pasan con ligeros movimientos de la boca y de los labios. Existe una primera referencia documental que se remonta al año 1745 en un diccionario trilingüe, vasco-castellano-latín, en donde lo cita el filólogo jesuita Manuel Larramendi.

Muchos, los que no lo conocen, se preguntan que cómo puede un juego ser tan adictivo si en él no se juega por dinero. Y es en eso en donde radica su atractivo: en el Mus lo apostado tiene mucho más valor que el peculio. En el tapete se colocan la honra,  orgullo, la superioridad mental y, alguna vez, un café, copa o un décimo de lotería.

Cuando aprendí, hace años, a jugar a este ingenioso juego, no habría podido imaginar lo mucho que me terminaría gustando. De veras, se lo recomiendo.

Aída Trujillo Ricart                           http://aidatrujillo.wordpress.com/

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