Opinión

VOCES Y ECOS

VOCES Y ECOS

Todavía a final de julio hablaba de la importancia de inculcar valores a los jóvenes  como forma  de acabar con la violencia y la delincuencia. Consideraba  necesario incentivar la honestidad, la responsabilidad, la educación y la ética (sí, ética), para que la nueva generación se forme con atributos que reduzcan la violencia.

Hablaba en  un encuentro a propósito  de la Jornada Mundial de la Juventud, Río 2013,  realizada  del 23 al 28 de julio  en Brasil,  encabezada por el papa Francisco. Ya en agosto, un diario   publicaba que se desconocía el paradero  de Józef  Wesolowski, el obispo polaco que fungía  como representante del Vaticano en República Dominicana.

Días después se divulgó  la información  relativa al enfrentamiento de monseñor  Wesolowski con el arzobispo de San Juan, Puerto Rico,  donde concurría como  delegado  de la Santa Sede. Sus funciones en esa isla cesaron abruptamente el 21 de agosto, mediante carta  del Vaticano. Pero la  destitución no llegó por  sus desavenencias con el arzobispo Roberto González Nieves.

Los hechos atribuidos  al nuncio papal  circularon   como  secreto a voces  en ciertos niveles de la población y la prensa  los manejó con    notoria  prudencia, o tal vez timidez. Hasta que a mediados de esta semana,  monseñor Agripino Núñez Collado, rector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, destapó la olla.

 Núñez Collado reveló  que el nuncio apostólico fue cancelado por el papa Francisco luego que el Vaticano recibiera un informe sobre las actividades sexuales que éste practicaba con menores.  Explicó que tan pronto el Sumo Pontífice se enteró de que  Józef Wesolowski andaba “en malos pasos” lo destituyó.

El día anterior, la prensa  publicó  una entrevista con Núñez Collado en la que el prelado  exigía a la justicia perseguir a los sacerdotes pederastas. Recordó que el papa Francisco fue quien aumentó las sanciones para  los religiosos que incurran en tan oprobiosa  práctica.  Admitió que estos casos “constituyen una vergüenza y  lastiman la conciencia católica”.

 Wesolowski  tuvo que irse sin la despedida que se estila  en el servicio diplomático.  Al parecer se encuentra en Roma, donde enfrentará un proceso canónico  a cargo de la poderosa Congregación para la Doctrina de la Fe. Esperamos  que regrese  a Santo Domingo,   desprovisto del pectoral y el solideo, para responder  por sus hechos.

La Iglesia dominicana ha  acertado  al  confesar la grave falta de un miembro prominente. La sinceridad  rinde mejores frutos   que el ocultamiento. Józef Wesolowski  parecía piadoso, pero es  un hipócrita. Jesús lo advirtió: Si tu mano te es motivo de escándalo, córtala.  Y si tu pie te hace tropezar, córtalo. Y si tu ojo te escandaliza, sácalo. (Mc 9, 38-48).

El Nacional

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