Opinión

Voces y ecos

Voces y ecos

Teatro político

 

El presidente Danilo Medina y el ex presidente Leonel Fernández, su adversario a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana, andan muy untados de misterio, en lo que respecta a sus aspiraciones a la candidatura presidencial de 2016. El misterio, como puede inferirse, no es exclusivo de la fe religiosa.

En la creación literaria – sobre todo en novela, cuento y teatro- el misterio resulta un componente de gran valor. Tanto, que ha dado origen a especializaciones de los géneros, o subgéneros: novela de misterio, cuento de misterio…Como la política se nutre mucho del teatro, los políticos quieren parecer –o parecen- actores.

Del licenciado Medina se tiene el perfil de que era, más que un actor, un director, el hombre que pone a otros a actuar en el escenario. Mientras el histrionismo del doctor Fernández le ha permitido “llorar si otro llora y si la murga se ríe uno se debe reír”. Fernández se puede ceñir a un guión, pero no parecía que también Medina.

El Presidente no descarta, según dijo a periodistas, la posibilidad de buscar la reelección en 2016. Postergó emitir su opinión en torno al movimiento que tienen cercanos funcionarios de su gobierno en pro de ese objetivo. Danilo Medina sabe que la Constitución dominicana no le permite optar por un nuevo período.

Sentado en el Palacio, muy sereno, el mandatario dijo: “Yo creo que debo someterme al plazo y, llegado el momento, yo voy a emitir mi opinión, si es que todavía lo requieren acerca del tema”. Al día siguiente, el vocero de la Presidencia, Roberto Rodríguez Marchena, se pronunció a favor de la reelección. Ahí está el misterio.

El papel de Leonel Fernández es más cómodo. Rehúsa hablar de la reelección presidencial y prefiere dejarle el asunto a Medina. “El Presidente ha dicho que se va a referir a ese tema, por lo tanto debemos esperar”. Mientras tanto, el guión de Fernández incluye animar a sus seguidores que andan en plena campaña.

Un aporte al misterio es la condición eólica de la candidatura de Fernández. Todo depende de la dirección e intensidad de los vientos. “A su debido tiempo –dice- se tomará y se indicará la decisión. Lo haremos cuando los vientos soplen con mayor intensidad”. He ahí algo muy difícil de entender, algo extraño.

Lo cierto es que uno y otro buscan la trayectoria de los vientos. Fernández podría esperar las corrientes aéreas para animar un gran incendio, pero Medina estaría contando con éstas para atizar una candelita de basurero. Ambos aprendieron de Joaquín Balaguer a rodearse de misterio, con lo que matizan el teatro político.

El Nacional

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