Opinión

Voces y ecos

Voces y ecos

Hemorragia azul

 

Las atenciones fueron muy buenas, en emergencia como en sala de cirugía. Pero la operación era compleja y el paciente requería transfusión sanguínea. Solo había un problema: el hospital no guardaba su tipo de sangre.

Los cirujanos esperaban con el instrumental a mano. Mientras aguardaban por el plasma vital, se esforzaban por evitar la impaciencia. Era compleja la situación.

-“No, esa no la tengo, es necedad buscarla” –respondieron en cada banco de sangre donde fue solicitada.

La cirugía hubo de suspenderse. ¿Y entonces? La nobleza lloró, con llanto discreto como corresponde a su estirpe. También se quejó: “¿Por qué no avisaron a tiempo?, esos médicos deben saber dónde se encuentra nuestro tipo de sangre”.

Era irremediable, por falta de su sangre, el paciente fue trasladado en ambulancia de nubes.

II

Me han motivado a publicar esta breve narración, contenida en el libro inédito “Cuentos enanos”, las estúpidas reacciones originadas por el hecho de que el basquetbolista norteamericano LeBron James haya tocado, mientras se tomaban fotos, a la esposa de un miembro de la realeza británica.

El célebre deportista, apodado Rey James, se reunió con el príncipe Guillermo y su esposa Kate el lunes ocho, después de un partido de baloncesto, en Nueva York. Los tres posaron para una sesión de foto, y James colocó la mano derecha en el hombro derecho de la duquesa de Cambridge.

Este hecho escandalizó a los seguidores de la realeza, quienes han alegado el vergonzoso protocolo real, según el cual, un plebeyo – persona común- no debe tocar a un miembro de la familia real, aun se tratara de un gesto inocente. Incluso, la prensa inglesa se ha prestado para criticar a James.

¿Cómo es que gente del primer mundo no se da cuenta de situaciones aberrantes que podemos ver los subdesarrollados del tercer mundo? ¿No advierten que es una conducta afrentosa su apego a que una familia sea tenida –y se comporte- como dueña de un país? ¿No pueden entender que la llamada familia real es una familia parásita?

Un diario británico describió a Kate, como en apuros cuando se encontraba entre su esposo y James. Apunta que aunque sonrió para las cámaras, ella lucía “algo incómoda, mientras los fotógrafos los retrataban con gusto”. Y destaca que la camiseta del deportista estaba sudada. Yo pregunto ¿y cómo habría de estar?

Para evitar las profanaciones de los plebeyos, lo mejor será que los miembros de cada familia real, sean llevados, al salir de sus palacios, en urnas de cristal. Así los plebeyos tocaríamos –Dios me libre- la cubierta sin llegar, pero creyendo que llegamos, a reinas, príncipes, duquesas y condesas.

El Nacional

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