Opinión

Voces y ecos

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Polivalencia política

 

Una consecuencia de la pérdida de las ideologías en la política dominicana es la aparición de lo que me permito denominar polivalencia política. Este fenómeno se manifiesta en la capacidad que muestran nuestros políticos de ajustarse a cualquier espacio donde los coloquen las circunstancias. Es alta su capacidad de combinación. Es decir, son piezas estándares.

Antes se estigmatizó con el calificativo “tránsfuga” a quien pasaba directo de una organización política a otra. Cuando el cambio de partido ha venido tras una renuncia razonada, el caso no se considera transfuguismo. Hubo en el pasado muchas separaciones originadas en la disensión ideológica, algunas de las cuales dieron lugar a nuevos partidos.

Ahora cosechamos políticos polivalentes, lo cual es muy elogioso para esa peculiar capa social. En la química esa cualidad se aplica a los elementos que tienen varias valencias, que así se llama al número que expresa la capacidad de combinación de un átomo o radical con otros para formar un compuesto. A mayor valencia, más útil será el elemento químico.

El ejemplo más gráfico de polivalencia política lo ofrece el político identificado como Yayo Sanz. Él ha colocado unas vallas promoviendo su aspiración a senador.” Sector Externo con Yayo”, reza su proclama. No indica de qué partido es ese sector externo ni tampoco la organización que habrá de postularlo. Sus vallas tienen color neutro.

Este joven militó en el PRD, cuando era Partido Revolucionario Dominicano, de donde zarpó hacia el Partido Revolucionario Social Demócrata y luego regresó al PRD, por lo que le cabría la condición de bivalente. Pero Sanz quiere más, pues si promueve sus aspiraciones senatoriales sin indicar partido, entra en el grupo de los polivalentes

La polivalencia política no se circunscribe a que un individuo haya recorrido muchas organizaciones. Por ejemplo, el senador Amable Aristy salió de su viejo Partido Reformista, llamado también social cristiano, y cayó en la presidencia del Partido Liberal la Estructura. Ese hecho indica que el legislador higüeyano funciona con varias valencias.

En la especie política hay elementos monovalentes, bivalentes, trivalentes y polivalentes. Cuestión aparte es la condición de ambivalente, que quizás tenga carácter transitorio. Ejemplo: algunos miembros del PRD quieren ser candidatos por ese grupo y por el PRM (Partido Revolucionario Moderno). La ambivalencia implica dos sentimientos opuestos.

El proceso electoral que vivimos anticipadamente mostrará –ya se vio con el MODA- la capacidad de permutación y acomodación de muchos políticos. Pero no hay que denigrarlos ni desdeñarlos ni llamarles tránsfugas. Más optimista sería pensar que estos esforzados buscadores del bien común valen para muchas cosas. Están dotados de varias valencias.

El Nacional

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