Opinión

 ¡Y no pasa nada!

 ¡Y no pasa nada!

Este país, si es que se puede llamar país, hace tiempo  perdió, no sólo la capacidad de asombro, sino el sentido ético y moral. A nadie parece importarle el fango en que nos han sumergido. Es tanta la basura acumulada en la administración del Estado, que nos hemos acostumbrado a vivir con el hedor.

¡Qué bajo hemos caído como pueblo! 

Por ejemplo, hace unos días la  presidenta de la Cámara de Cuentas (¿o de cuentos?) dijo que, “con los recursos que se distraen  a través de las distintas instancias del Estado, se podrían hacer dos República Dominicana”.

¡Y no pasó nada!

El senador y secretario de organización del partido de gobierno, hijo adoptivo del ex presidente Leonel Fernández, en su declaración jurada de bienes de hace unos años juró tener medio millón de pesos.  Pero hace apenas unos días dijo que en los últimos diez años ha pagado más de 110 millones en impuestos, con lo cual se estaba incriminando.

¡Y no pasó nada!

Una encuesta reciente revela que los ciudadanos no le tienen confianza a la Policía, Justicia, Junta Central Electoral y Tribunal Superior Electoral, entre otras instituciones del Estado,  con justa y sobrada razón.

¡Y no pasó nada!

La declaración jurada del responsable de ética y moralidad del gobierno ha sido calificada de falsa. Pero la cámara de Diputados decidió no investigar, ni llamar al incúmbete, Vincho Castillo, por miedo. ¡Solo por miedo!

¡Y no pasó nada!

En la Cancillería se gastan más de dos mil millones de pesos todos los años en botellas. Tres de cada cuatro “diplomáticos” cobran sin trabajar. Este país paga el embajador más caro del mundo.

¡Y no pasa nada!

Leonel Fernández encabezó el gobierno más corrupto de toda la historia del país. ¡Coño! ¡Y no hay un solo preso por corrupción!

¡Y no pasa nada!

El Nacional

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