La historia de la humanidad está llena de frases y expresiones que retratan de cuerpo entero el sentir de sus líderes y todo el acontecer de una época determinada. Cuando los japoneses atacaron Pearl Harbour, aquel inolvidable 7 de diciembre de 1941, creando un inmenso dolor al pueblo norteamericano, a los pocos días, muchos ya habían olvidado la cantidad de muertos, pero jamás borraron de sus mentes, lafrase de Franklin Delano Roosevelt: » El día de la infamia».
Hoy, todavía sorprende que el maestro Sócrates, después de haber tomado la cicuta, con altivez inenarrable, le ordenara a Critón, que no olvidara pagar un gallo que le debía a Esculapio, poniendo de manifiesto la Honradez como una virtud imprescindible en los seres humanos.
El gran Napoleón, dueño y señor de la efervescencia de los siglos XVIII y XIX, resumió su agitada existencia en tres palabras a la hora de su muerte: » France, l’Armée, Josephine», Francia, el ejército y Josefina.
Y no hay forma de imaginarlo fuera de esa frase que sintetiza toda vida.
Aunque algunos historiadores todavía discuten cuál fue la última frase antes de morir del Libertador por antonomasia, Simón Bolívar, existe el consenso, de que masculló » Vámonos Doctor Reverand, que aquí nadie nos quiere». Y esta frase, ciertamente describe las vicisitudes de quien fue vilmente calumniado, maltratado y traicionado por los suyos, por quienes él entregó toda su existencia, cabalgando sobre su palomo blanco al frente de las batallas.
»Hasta tú, Brutus, hijo mío» es una frase que en labios de Julio César resumió la más alta traición del »hijo» al padre y hay quienes discuten, por qué se le ocurrió decir a Winston Churchill antes de morir, que todo le aburría.
Ciertamente, son muchas frases de personas célebres que han pasado a la posteridad, pues al autor de »El sentido del pasado» Henry James, se le ocurrió decir en sus momentos finales:» Al fin, esa cosa distinguida y mayor ocurrencia tuvo el autor del » Fausto» Wolfgang Goethe, cuando, al momento de pasar a la posteridad, solamente atinó a decir » Luz, más luz».
Mientras Enrique Vlll ha pasado a la historia como sinónimo de crueldad, una sola frase resaltó la valentía de su esposa Ana Bolena, quien antes de entregarse serenamente a su verdugo, atinó a decir: »No le dará mucho trabajo en decapitarme, pues tengo el cuello muy fino.
Después de este recuento de frases históricas, es oportuno señalar una frase que ha recorrido todos los ámbitos del saber: »The Economy, Stupid». La economía, estúpido. Esta contagiosa frase, parida de la mente de James Carville, estratega político de Bill Clinton en las elecciones de 1992, hizo descender un 90% de popularidad que tenía, George Bush, padre, y lograr lo impensable: que Bill Clinton cambiara su saxofón por la presidencia de los Estos Unidos, rompiendo la tradición de que todos los héroes de guerra norteamericanos habían ganado con facilidad la presidencia y George Bush, padre, venía de vencer en la guerra del golfo Pérsico.
Gracias a James Caville, los estudiosos sociales han insertado nuevas frases: »El transporte, Estúpido» »La salud, Estúpido» »La Educación, Estúpido» »Los Deportes, Estúpido» para hacer alusión a los problemas sociales de cualquier socieda