Dice el ingenio popular que el 2009 fue un año de once meses: que se quedó sin agosto. Se quedó sin agosto y terminó sin González, quien, al decir de Agosto, era su compadre, su enllave, su alicate y no precisamente para jugar bellugas.
Así las cosas, es difícil de creer la versión oficial que tiende a atribuirle el asesinato del coronel González y González al litoral de Agosto y aceptar que fueran tan tontos como para usar en ese operativo una de las yipetas propiedad del fugitivo. Mas próxima a la verdad parece su explicación de que los receptores del soborno millonario para hacer realidad su escape y el de Sobeida se decidieran por borrar del mapa el eslabón que hizo de puente en ese contubernio y posiblemente para muchas otras fechorías.
Eso no es de extrañar en los predios de la DNCD y de su departamento de operaciones, puestos que históricamente en sus estructuras de mando han existido y existen- piezas claves del narco-estado que se ha venido conformando en nuestro país en estrecha relación con el régimen narco-paramilitar-terrorista de Colombia.
Pero lo grave es como los funcionarios civiles y militares asociados a los narco-delitos y a otras formas de corrupción controlan a su vez las investigaciones de esos hechos y cuentan con los medios para enrarecerlas y desviarlas hacia responsabilidades menores o falsas.
Ahora exhiben un activismo febril contra jovenzuelos del segundo y tercer círculo del lavado en el capítulo de las colecciones de costosos vehículos deportivos, para aparentar eficiencia y disposición a sancionar.
Sin embargo, hay que preguntar: ¿Por qué no dar a conocer los vídeos incautados que dan cuenta de la complicidad de altos funcionarios gubernamentales?
¿Por qué no indagar los vínculos que motivaron los contratos concedidos a las hermanas Peláez por una poderosa oficina de obras del Estado y la vecindad y amistad de su gerente con el fenecido González? ¿Por qué no investigar los vericuetos que condujeron a que la yipeta Mercedez Benz blanca y blindada, capturada en la casa de Sobeida fuera previamente usada por el presidente Uribe en una de sus visitas? ¿Cuáles son en este caso los vínculos de poder colombiano a poder dominicano? ¿A qué cartel colombiano responde Figueroa Agosto y cuáles generales y políticos dominicanos están asociados a él?
Bien se sabe por qué los investigadores descartan esas pistas.