Limber Cruz, ministro de Agricultura. Foto de archivo por: Jorge Gonzalez
Santo Domingo.- El ministro de Agricultura, Limber Cruz, aseguró este miércoles que actualmente el país no puede prescindir de la mano de obra haitiana porque los dominicanos se niegan a trabajar en el campo y en la construcción.
El funcionario, quien también es empresario en el sector agrícola, indicó que hace diez años cerca del 98% de los trabajadores en el campo eran dominicanos, porcentaje que se ha reducido en su máxima expresión ya que, según expresó, hoy día “al dominicano no hay quien le haga coger un machete”.
“Decirle al país que la construcción y la agricultura se pueden hacer sin los haitianos ahora mismo es mentirle”, precisó Cruz durante el Almuerzo Semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio.
Sostuvo que, para poder producir sin la incidencia de extranjeros en el campo o la construcción local, se debe apostar a la tecnificación de ambos sectores mediante los mecanismos que aporta la tecnología.
Puedes leer: Agricultura inicia siembra de ajo en Constanza
“Todo se va modificando en la medida que se va aplicando más tecnología… Tenemos que seguir tecnificando el campo dominicano porque no hay forma de producir si no tenemos mano extranjera”, agregó.
En ese sentido, resaltó los 235 equipos entregados recientemente por el Gobierno para mecanizar el campo y modernizar el proceso de agricultura nacional.
Regularización
Limber Cruz indicó que, en estos momentos lograr regularizar el estatus migratorio de los haitianos en territorio dominicano es muy difícil debido a que ellos no cuentan con entidades regulatorias en su nación, producto de la crisis general que atraviesa el país vecino.
“Regular a los haitianos es sumamente difícil en estos momentos porque ellos no tienen instituciones allá, el país está dominado por bandas”, dijo.
Además expresó que, llevar a cabo dicho proceso resulta muy caro y no cuentan con recursos.
Cruz participó del almuerzo semanal como parte del Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanjismos para el Desarrollo Limpio (CNCCMDL) junto al vicepresidente ejecutivo Max Puig, la viceminstra de Cambio Climático en Medio Ambiente, Milagros De Camps y la senadora Faride Raful.
