¿Saben ustedes, amables lectores, cuál es el principal problema de los mal llamados y desacreditados Juegos Deportivos Nacionales, los mismos que hasta ahora han sido un rotundo, degradante y malsano fracaso?

Desde hace más de 30 años que los dominicanos padecemos la botaretería de miles y miles de millones de pesos en algo que no ha dejado un solo fruto a este desgraciado país de nuestros amores y desventuras.

Se ha botado una fortuna inmensa, que bien pudo servir para cosas realmente útiles, en esos Antijuegos, Antideportivos y Antinacionales, que no son otra cosa que un inodoro por donde se han ido toneladas de papel monetario.

El dinero de los impuestos de los pendejos ha tenido en dichos Juegos (¿?) la mejor manera de tirarlos por las alcantarillas, las letrinas, las cloacas y los vertederos más nauseabundos.

Claro, también dichos Re- Juegos han sido muy útiles para llenar los bolsillos de los vividores que se han pasado décadas derrochando los cuartos que aportan al erario nacional los que pagan impuestos, cuyos resultados son negativos en lo que respecta a esa actividad antideportiva.

Pero… la pregunta inicial no está del todo respondida, sino una parte, ya que la otra parte es la que en realidad motiva el artículo de hoy y ante ciertas desafortunadas declaraciones que se han hecho en los últimos días, con el apoyo de miembros del negocio de los seudo Juegos.

El principal problema de los mencionados JDN, después, de analizar algo de la mencionada botaratería de miles y miles de millones, es la falta total de mantenimiento de las instalaciones, en un país donde la palabra mantenimiento hace tiempo que fue sacada del diccionario.

He escrito mucho y hablado mucho en el programa radial El Gobierno de la Mañana, de la Z-101, acerca de cómo la República Dominicana está llena de plantas físicas abandonadas porque lo que interesaba no era desarrollar el deporte sino montar un negocio cada 2 años, 3 años, lo que fuere.

Y he pedido que se detengan estas sedes para no seguir derrochando el dinero de la gente, ya que los tales Juegos no han sido más que un negocio donde participan personas de diferentes actividades. Lo dejo ahí, porque el país es un cementerio de instalaciones deportivas abandonadas.

Y ahora se anuncia que las instalaciones de dos o tres clubes serán reparadas a un costo millonario, para después abandonarlas y volver al negocio del cansito millonario de las famosas reparaciones. El mismo cuento.