Apreciado Sergio: Te escribo estas líneas para expresarte en la fragancia de la verdad, que eres y continuarás siendo hasta la eternidad; Sergio Vargas, el villaaltagraciano-san cristobalense puro, integro, capaz, decidido, que enhiesta su frente de cara al sol, junto a la diversidad de emotivas canciones, merengues y baladas que resuenan cual campanas de amor, de tristeza, esperanza, alegría, despertar y el sentimiento enternecido.
Tú Sergio, sin lisonjas que jamás ofrezco, y tú no las necesitas, porque eres gloria del arte nacional e internacional, y continuarás siendo con la ayuda de Dios Todopoderoso, el gran Sergio de ayer, hoy y del mañana. Te digo que eres reserva nacional.
Sergio, la vida es una contingencia, y tu siempre has luchado fervorosamente por Villa Altagracia y el país, y de seguro continuarás haciéndolo, olvidando el pasado, reconfortando tus inquietudes y sueños, así el legado imperecedero que has dado a la Republica Dominicana.
Como sabes, fui un enorme amigo de tus distinguidos progenitores, y lo soy tuyo y de Caqui, quien es muy allegado a dos de mis proles: Evelin y Domingo José, y ellos se quieren mucho.
Ahora, no estarás como diputado al Congreso, sino como embajador adscrito a la Cancillería. Sin embargo, eres Sergio Vargas y representas espiritualmente el verdadero legislador nacional, porque el eco de tus melodías resuenan en toda la Nación, pues tus interpretaciones constituyen jurisprudencias musicales, con sabores, a ternezas y olores de pueblo.
¡Ah!, recuerdas Sergio que en Villa Altagracia tenemos al apreciado colega licenciado Víctor Soriano (Rojas Nina), quien al parecer en gesto de gratitud, por yo haberle servido de abogado varias veces, evitando que lo asesinaran, pues siempre los tribunales en San Cristóbal lo descargaban. Al ser perseguido por asuntos políticos lo llamabancomunista, cuando en verdad, Víctor ha sido siempre un verdadero revolucionario. Esto ocurrió durante los 68-72, y le tengo mucho cariño, distinción y aprecio, y ahora en Villa y en San Cristóbal hay dos Rojas Nina. Cosas de la historia.
Sergio al despedirme de ti, me permito copiarte una estrofa de los versos de Ventura Ruiz Aguilera:
Siempre luchar del hombre es el destino, y al que impávido lucha con fe ardiente, le da la gloria, su laurel divino. Un fuerte abrazo para ti, Caqui y los integrantes de tu orquesta, adelante, el futuro te pertenece.