El debate sobre la prohibición de las corridas de toros en Cataluña seguirá adelante después de que el Parlament catalán haya dado luz verde a la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que, apoyada por 180.000 firmas de ciudadanos, así lo reclamaba.

En votación secreta, la mayoría de la cámara catalana ha dado su visto bueno a que el debate siga adelante, después de que se hayan rechazado las enmiendas a la totalidad contra la Iniciativa presentadas por los grupos de PSC, PP y Ciutadans -Grupo Mixto-. 67 diputados han votado en contra de dichas enmiendas, 59 a favor, 5 se abstuvieron y 4 diputados ni tan siquiera han hecho acto de presencia en una decisión que permite que la ILP siga su curso y ponga en marcha el posible destierro de la ‘Fiesta’ de tierras catalanas.

La decisión de los parlamentarios deja en el aire la superviviencia de la única plaza de toros que sigue activa, la Monumental de Barcelona -ciudad proclamada antitaurina desde 2004-, aunque la la iniciativa auspiciada por las firmas de los ciudadanos todavía tiene un largo recorrido por delante.

A partir de este momento la ILP será negociada por los grupos en comisión del Departamento de Medio Ambiente, donde expertos de ambas posturas -el veto y la defensa de las corridas- ofrecerán sus argumentos a los diputados. Tras dicho análisis, la iniciativa volverá al pleno para ser aprobada o rechazada, como cualquier otra ley.

‘Maltrato innecesario’

La jornada en el Parlament, ante cuyas puertas se han presentado dos hombres vestidos con el tradicional traje de luces y un tercero embadurnado en pintura roja simulando ser sangre de toro, ha comenzado con la intervención de una portavoz de la plataforma Prou!, promotora de la ILP, y que ha señalado en su argumentario que las corridas son un «maltrato evitable» y «una tortura».

Anna Mulà, portavoz de Prou!, ha evitado reducir el debate a un enfrentamiento entre Cataluña y España, aunque no ha dudado en recordar que la Plaza Monumental de Barcelona únicamente luce el cartel de ‘no hay localidades’ cuando torea José Tomás por el apoyo de un público que, en su mayoría, según Mulà, «no es catalán».

La activista antitaurina ha apuntado, además, que las corridas «no encajan en los valores de la sociedad del siglo XXI».