Salcedo: rectificación histórica

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La provincia de Salcedo debe recuperar su nombre y, como rectificación histórica, aclarar que ese homenaje se rinde al general José Antonio (Pepillo) Salcedo, héroe de las guerras de Separación y Restauración y primer presidente de la República en armas a partir del mismo 1861.

Aparte de la columna del día 4, del editorial del 5 y del trabajo de investigación del jueves 6, estas columnas han sido nutridas con notas aportadas por los historiadores Juan Daniel Balcácer, Welnel Féliz y Feliz y Miguel De Camps.

Balcácer, de vacaciones en su hogar, dedicó horas de ese asueto a consultar la obra que acerca de la provincia de Salcedo dejó escrita el historiador, monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito.

Féliz y Féliz consultó su obra acerca de la toponimia dominicana y De Camps contribuyó con razonamientos de respaldo a la columna y al editorial y al punto que tratan y que plantea la necesidad de restaurar el nombre del general José Antonio (Pepillo) Salcedo a la provincia cibaeña.

Bastante descalificado está el hecho de que fueran dos tiranos, Ulises Heureaux y Rafael Trujillo, quienes en 1891 y en 1952 impusieran el nombre de Francisco Antonio (Tito) Salcedo a un puesto cantonal, el primero, y como provincia, el segundo.

Ambos fueron santanistas por confesión y comisión, amigos de enaltecer el heroísmo patriótico de una parte de la vida de dominicanos que si bien es cierto lucharon en la guerra de Separación prohijaron y apoyaron la entrega de la soberanía nacional a España mediante la anexión de 1861.

(Con el nombre de Pepillo Salcedo se conoce lo que fue la común de Manzanillo, en la Línea Noroeste).

La sesión del Congreso que restaure el nombre de Salcedo a la provincia a la que se acaba de cambiar ese nombre por el de las heroínas Hermanas Mirabal debe contemplar también la restauración histórica de indicar que el honor se da a quien fue general de la Separación, general de la Restauración y, por patriotismo y méritos también, primer presidente en la guerra que restauró la independencia y soberanía nacionales.

Lo que resultaría también honor a los mártires de Moca, el 2 de Mayo de 1861, quienes cayeron en ese prolegómeno de la Guerra de Restauración que fue el primer movimiento armado contra la traición del general Pedro Santana de 18 de marzo de 1861.

A cuarenta y cinco días de esa anexión, los patriotas de Moca se levantaron junto a la bandera para ser condenados a muerte por Santana 25 de ellos, sentencia que se ejecutó sólo en el coronel José Contreras, el comandante José María Rodríguez, el capitán Cayetano Germosén y el teniente José Inocencio Reyes.