En la pasada entrega, salió lo siguiente: Propongo, siempre fuera de onda, que se formen delegaciones paralelas a los viajes de estos poderosos para explicar en los países que visitan las condiciones en que vivimos sus gobernados, y de paso averiguar cuánto, en qué y cómo se gastan el dinero de todos nosotros, en sus viajes.
Recuerdo que Balaguer, al que siempre repudiamos, pero reconocimos su austeridad personal, viajó una sola vez al exterior en el período 1990-94, y el gobierno no colapsó. Le extiendo una encomienda más a aquella comisión: indagar los viajes que han hecho los ministros, la primera dama, los casi 300 viceministros; descarten los verdaderamente necesarios y verán como sobra dinero a pipá para atender los retos del milenio.
Si les falta un dinerito, les recomiendo revisar solo los casos reportados de corrupción. Podrían hurgar, además, en las obras sobrevaluadas, los contratos amarrados con el 10 o el 20%, y les va a sobrar, pero es más fácil achacarle a la quiebra de los bancos (¿hasta cuándo?), a la subida del petróleo, y mil firmas más, que no se haya podido cumplir con las metas del Milenio, pero nunca asumiendo su cuota de responsabilidad, por suerte aún no culpan a las chichiguas, los ratones o las quinielas peladas. Un día después, y ante un público que no le puede responder, se refirió al problema de la droga. ¡Cuánto desparpajo!
Excúsenme, pero creo que aparte de robarnos nos han extirpado los c , y a las mujeres decentes les descosieron el ruedo de la falda, pero sigamos palante, que a los que no han podido sumar, comprándolos, les tienen en las puertas a Impuestos Internos, la maledicencia, los sicarios o un cuarto de kilo de droga en el carro. No les temo, tan solo logra deprimirme este circo que suma vergüenza al ver enlodada la memoria del maestro de quien escribe algo más que salud.