Hoy es Día Mundial de la Salud. Se celebra bajo el tema de La resistencia a los antimicrobianos, y su propagación mundial como amenaza para la continuidad de la eficacia de muchos medicamentos. Aplatanando este mensaje: No use de forma indiscriminada medicamentos, sobre todo antibióticos, porque éstos, las más de las veces, no son necesarios y vamos creando resistencia, y cuando ameritamos su uso, ya no nos sirven. La tendencia mundial es depender lo menos posible de los medicamentos. No se automedique. Acuda al médico y exíjale que le explique por qué le indica antibióticos. No negocie su derecho.
Cumplido este tema, déjenme regalarme, dividido en dos entregas, un artículo viejo que hace 20 años apareció con el título de hoy:
Voy aprendiendo. Aunque sea a costa de grandes pérdidas. No gracias a los estudios que pauta la sociedad. Es la vida la que me adiestra, es este constante ir y venir del ser, interactuando con los demás, lo que me enseña.
Andamos con muletas. Las sociedades occidentales nos educan para ser grandes empresarios, notables profesionales, excelentes amas de casa, en fin, nos dan las herramientas para destacarnos sobre los otros, siempre sobre los otros. Más a nadie se le enseña a vivir. Soy un buen ejemplo.
La razón de uno estar en el universo, la relación de pareja, el cultivo de la amistad, el trato entre padres e hijos, el amor al ser humano… Es sacarse la lotería nacer teniendo un padre, un maestro o un amigo que nos muestren ese camino o que por lo menos nos den las pautas y facilidades para acceder a libros, las películas, las canciones, los ejemplos que nos llevan al Conócete a ti mismo de Sócrates. Termino en la próxima de algo más que salud.