El propósito de Juan Pablo Duarte de restarle la parte oriental de la isla de Santo Domingo a la dominación haitiana, para fundar una República, estaba fundamentado en sentimientos tan profundos y en una decisión tan firme que lo llevaron a emplear todos los recursos a su alcance.
Entre esos recursos estuvo el teatro, una formidable forma de entretener, al tiempo que se divulgan ideas capaces de influir en el espectador e inducirlo a pensar como quiere el autor. En el siglo 19 esta vía de comunicación era comparable al cine de la actualidad.
Nacido en 1813, Duarte se formó desde los nueve años- bajo la ocupación haitiana, iniciada en 1822, después que el ejército de ese país invadiera el territorio dominicano para invalidar la independencia proclamada por el doctor José Núñez de Cáceres, llamada posteriormente Independencia Efímera.
Con apenas 15 años de edad, y acompañado de Pablo Pujols, comerciante ligado a su familia, fue enviado por su padre, Juan José Duarte, a España, radicándose en Barcelona, donde estudió humanidades.
El ambiente europeo, rico de tradición cultural, lo motivó para aplicar aquí su proyecto revolucionario de fundar una nación independiente que se llamaría República Dominicana.
A su regreso se incorpora a la vida social, trabaja en el negocio de su padre, mientras madura su proyecto de nación.
Se vincula con todos sectores sociales, sobre todo con la pequeña burguesía urbana e intelectual y se percata del gran descontento de la gente con el gobierno haitiano.
Estos contactos le permiten asegurarse de que la gente del lado oriental de la isla quería un cambio, pues no se ajustaba a identificarse como haitiana, por las diferencias culturales.
Apegado a la lectura y ávido de conocimientos, Duarte traducía del francés al español, así como del latín. El 16 de julio de 1838, después de haber realizado una discreta labor de proselitismo, funda la sociedad secreta “Trinitaria” para dirigir las actividades.
Esta sociedad, que respondía a una estructura celular, tenía por lema “Dios, Patria y Libertad” y sus primeros miembros fueron el propio Juan Pablo Duarte, Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandro Pina, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, José María Serra, Benito González, Felipe Alfau y Juan Nepomuceno Ravelo.
Supo interpretar el momento histórico que vivía la sociedad dominicana de entonces, renuente en sus capas más decisivas a aceptar la dominación haitiana. Para ese momento el gobierno de Jean Pierre Boyer entraba en decadencia y de un gobierno liberal y progresista, pasó a ser una dictadura con graves problemas económicos y rechazo en su propio territorio.
Incluso, ese hecho fue aprovechado por Duarte, líder de amplia visión, y estableció vínculos con los liberales haitianos que buscaban salir del presidente Boyer.