A propósito del fragmento de un documental sobre la vida del guerrillero Enrique Blanco que rescató nuestro colaborador Luis R. Jimenez, realizado por el colega Euri Cabral, con la actuación del merenguero Sergio Vargas, publicado en nuestro portal de internet, es importante puntualizar que el tema musical que lo inspira y que lo usó a manera de «leitmotiv» forma parte de la etapa en que Wilfrido Vargas, en pleno apogeo de su carrera, dejó a un lado la temática dicharachera y «frugal», que se enmarca en lo meramente comercial, para aportar algo a la educación y a la memoria histórica de nuestro pueblo por medio de la música.
Pocos artistas han tenido en su trayectoria una preocupación esencial, por asumir si se quiere una actitud contestataria, haciendo tan valiosos aportes, como un legado que, lamentablemente, en el transcurrir del tiempo y los signos que prevalecen en la época actual, se ha perdido. Wilfrido le cantó a la Patria, glorificó a Juan Pablo Duarte, grabó una oda al coronel Francisco Alberto Caamaño, recreó la historia de Desiderio Arias, de Enrique Blanco, y hasta tuvo la valentía de grabar el merengue «El Funcionario», original de Manuel de Jesús, inspirado en los manejos espureos de un alto funcionario del gobierno de don Antonio Guzmán Fernández.
Si bien es cierto que los grupos de Nueva Canción de los años 70 asumieron por igual el compromiso de la denuncia social en la temática de sus canciones, el que lo haya hecho Wilfrido, en la cima de la popularidad como orquesta de bailables, tiene un valor inconmensurable.
Imposible pretenderlo ahora, en tiempos en que se le llama «arte» y «artistas» a muchachos de barrios que viven del inmediatismo, de la explotación de expresiones violentas y vulgares, en las que a veces no faltan apologías a los vicios y a las drogas, a los cuales hasta se les exalta y reconoce en las grandes premiaciones. La mejor demostración de que padecemos una inversión de valores que arrastra hasta a la misma gente de la comunicación, se advierte en el hecho de que prácticamente todos esos que han sido galardonados en los últimos años han ido a parar a la cárcel.