DAMASCO, 31 Ago 2012 (AFP) – Los rebeldes sirios lanzaron en la madrugada de este viernes dos audaces operaciones contra edificios de la seguridad y de la defensa aérea del régimen sirio de Bashar al Asad en Alepo, mientras que el secretario general pidió a Damasco que cese la utilización de armas pesadas.
Las autoridades cerraron hasta el sábado en la noche todos los accesos a Damasco, donde comenzó en la tarde una manifestación en contra el presidente sirio con el eslógan «No cederemos», según los videos puestos en línea por los militantes.
Además, las autoridades colocaron barricadas en varios barrios de la ciudad, según un periodista de la AFP.
Los combates en las regiones de Alepo y Damasco, los dos grandes frentes de este conflicto, no dan tregua y causan cada día decenas de muertos y miles de sirios huidos, muchos de ellos atrapados en la frontera con Turquía, país desbordado por la afluencia de refugiados.
Desde Teherán, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió a las partes que «cesen todas las formas de violencia», tras reunirse con el primer ministro sirio, Wael al Halaqi, y el ministro de Relaciones Exteriores del régimen Walid Muallem.
Pero «la principal responsabilidad recae en el gobierno que debe dejar de usar armas pesadas», declaró Ban en una conferencia de prensa en la capital iraní.
Mientras tanto, se debate la propuesta de Ankara de crear zonas protegidas en Siria para los refugiados, que fue recibida el jueves con reservas y reticencias en el Consejo de Seguridad de la ONU, especialmente por las dificultades que supondría garantizar la seguridad y la protección de estas zonas en territorio sirio.
Por su parte, Francia propuso una ayuda material y financiera a las «zonas liberadas» por el Ejército Sirio Libre (ESL) para preparar la era post Asad e incitar a los sirios que desean huir a permanecer en estas zonas, según Laurent Fabius, ministro de Asuntos Exteriores.
Desde el comienzo de la revuelta en marzo de 2011, más de 26.000 sirios, en su mayoría civiles, murieron según una ONG siria. También dos millones de personas tuvieron que huir de sus casas por la violencia e instalarse en otros lugares del país y centenares de miles se refugiaron principalmente en Turquía y en Jordania, pero también en Líbano e Irak, según cálculos de la ONU.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) indicó este viernes en un comunicado que la afluencia de refugiados sirios hacia los países vecinos sigue aumentando y que se aceleró con la llegada de 15.000 refugiados más en tres días.
«El número total de refugiados sirios registrados o en espera de ser registrados era de 228.976 el 29 de agosto», contra casi 215.000 el 26 de agosto, según el comunicado.
Ataques contra la defensa aérea
Sobre el terreno, los insurgentes trataron de hacerse con un edificio de la defensa aérea en Bumakal (este), y combatían, por segundo día consecutivo, para apoderarse de la base aérea de Abú el Zuhur, una de las más importantes de la región de Idleb (noroeste), que controlar «parcialmente», según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
«Taftanaz y Abú el Zuhur son los dos principales aeropuertos en Idleb utilizados por el régimen para enviar a sus aviones a bombardear los hogares de los civiles», afirmó a la AFP el coronel Afif Mahmud Sleimane, jefe del consejo militar de los rebeldes para la provincia de Idleb.
Los rebeldes afirmaron la víspera haber abatido un avión de combate, hecho poco habitual en este conflicto, poco después de su despegue de la base aérea de Abú el Zuhur.
Los insurgentes han concentrado estos últimos días sus ataques contra las bases aéreas y aviones del ejército y afirmaron haber destruido cinco helicópteros para limitar el dominio del cielo de la aviación siria.
En Damasco y su provincia, el otro gran frente del conflicto, las tropas regulares bombardearon la localidad de Rankus y en Sayidé Zeinab, los rebeldes capturaron a nueve miembros de las tropas gubernamentales, según la misma fuente.
La violencia causó 119 muertos el jueves en el país, entre ellos 79 civiles, según el OSDH.
Por otro lado, dos periodistas, un estadounidense y otro palestino, se encuentran desaparecidos en Siria.