Si yo fuera Miguel Vargas, anularía la convención que eligió las nuevas autoridades del PRD y la pospondría para después de las elecciones congresuales y municipales, dado que un fraude electoral interno vulneró la voluntad de las bases. Pero yo no soy Miguel Vargas.
Si yo fuera Orlando Jorge Mera, no me mantendría en el cargo de secretario general del PRD cuatro años más, debido a los cuestionamientos. No permitiría que mi buen nombre se vea envuelto en cuestiones fraudulentas. Como hijo de un hombre historia, ex presidente de la República, víctima de la maledicencia, la traición y el engaño, como lo fue Salvador Jorge Blanco, no aceptaría una posición que entrañe dolo y fraude. Abogaría porque el proceso electivo se aclarara. Si yo fuera Jorge Mera, me preservaría para tiempos mejores. Me mantendría como reserva del PRD y del país. Pero yo no soy mi buen amigo Orlando Jorge Mera.
Si yo fuera Geanilda Vásquez, no permitiría que me proclamen secretaria de Organización del PRD. Geanilda fue colaboradora de Peña. Amiga. En honor a esa amistad, yo reclamaría, junto a Tony, nuevas elecciones, donde no se imponga el dinero, ni el fraude. Pero yo no soy Geanilda Vásquez.
Soy sólo alguien que ve con amargura cómo el PRD marcha hacia la derrota, y cómo Miguel Vargas destruye un partido que le costó sacrificio, al pueblo. La memoria histórica del PRD pretende ser borrada.
La Cámara Contenciosa de la Junta Central Electoral tiene en sus manos los casos de Guido Gómez Mazara y Tony Peña. El fraude está documentado. La cúpula del PRD dice que la Cámara Contenciosa está amarrada, que el presidente Leonel Fernández, igual que cuando Hipólito Mejía presentó el recurso oponiéndose a las reservas, llamará para hacer valer su poder.
Sé, porque forma parte de mi trabajo de comunicador, que Fernández influyó en la decisión anterior. Y lo hizo, no por Miguel Vargas, sino porque, si la JCE anulaba las reservas le crearía un serio problema al PLD y al gobierno. No es el caso ahora, pues de lo que se trata es de un fraude interno que, lejos de perjudicar al PLD, lo favorece. Estamos a menos de cuatro meses de las elecciones congresuales y municipales.
Si yo fuera juez de la Cámara Contenciosa, ante las pruebas del fraude, fallaría en favor de Guido y Tony, devolviéndole así el poder a las bases, como lo ordenan los estatutos. Le devolvería al PRD la democracia que le ha sido robada. Pero yo no soy juez