Todo sobre la Loma Miranda: es una extremidad de la Cordillera Central, la cual a su vez es la columna vertebral de la República Dominicana y de toda la isla. Justamente en su cintura y en el medio de la cuenca Yuna (bautizada como Yuna-Camú por nuestros aborígenes). Esta cordillera es la segunda más grande del país, pero la que capta más humedad del territorio nacional.
Loma Miranda se levanta tímidamente, sin aires de grandeza, pese a que es una inmensa alfombra de coníferas al lomo y escurriendo agua en forma de arcoíris (Valle de Bonao y Valle de La Vega Real). Allí nacen más de 20 ríos, entre ellos Jayaco, Jacumey, Jima y Río Blanco, que bañan 122 mil tareas de arroz, vegetales, hortalizas y frutales.
Los habitantes de Rincón, Jima, Fantino, Salcedo y San Francisco de Macorís, beben de esas aguas. Loma de Fello, La Majagüita, La Manaclita, Guarey y El Algarrobo, son montañas tributarias de Loma Miranda, de las cuales fluyen unos 32 arroyos y el Río Jagüey, a través de los cuales los moradores de la región reciben el líquido vital.
Loma Miranda se encuentra en la frontera entre las provincias de Monseñor Nouel y Concepción de la Vega, donde los municipios Jima y La Vega se dan las manos. Esta montaña está separada unos 17 kilómetros de La Vega y unos 7 kilómetros de Jima; siendo Sabana del Puerto y Manaclitas sus dos asentamientos humanos más importantes. El primero está en su pie de monte y el otro en su cima.
Loma Miranda es un cofre de inmensa riqueza verde, cuyo tamaño más bien mediano contrasta con su gran biodiversidad en botánica y especies animales. Es un ecosistema muy estable pero muy frágil que los dominicanos deben preservar. Para sacarle el oro a la loma hay que destriparla, convirtiendo un espeso bosque en una hilacha. Síntesis: Loma de Miranda es una cisterna natural que garantiza el agua, la ecología y la vida. Eso vale más que todo el oro del mundo.