En mi último artículo antes de las elecciones, voy a reflexionar con el corazón abierto y tomando como base mi larga experiencia, producto de profundos estudios y esfuerzos democráticos, para que votemos el domingo pensando en el cambio que busca nuestro amado pueblo, no olvidando ante todo que la política no solo es arte sino también realidad.
Es normal que algunos se confundan por la avasallante campaña sucia y negativa con un gobierno que después de 12 años es hasta permisivo con inconductas y hasta escándalos, donde la propia Cámara de Cuentas ha gritado varias veces que no dan curso a las auditorías trabajadas con irregularidades en diversas instituciones con el agravante del propósito reiterado en todo lo que se hace, para imponer a base de promoción y anuncios multimillonarios, para confundir y hacer ver que lo único que existe es el partido PLD, por cierto institución que ayudé como pocos, hasta lograr que el recado de Bosch que llevé a Balaguer saliera premiado. Así, Balaguer le dio una mano con su partido a Leonel Fernández.
Del actual gobierno ya han pasado doce años y el pueblo tiene desespero con preservar la democracia, con votos limpios. Sigo creyendo que es el mejor sistema aunque todavía ineficiente en lo social, y lo económico y más cuando no debemos olvidar tantos héroes caídos. Además, las zozobras que hoy ahogan a los dominicanos con muertos por doquier, controles de teléfonos y programas como en los peores tiempos, drogadicción pudriendo jóvenes y familias, pésimos servicios y carestía, déficit en todas las áreas denunciado hasta por Instituciones extranjeras, falta de transparencia y escándalos de corrupción y despilfarro de los recursos del pueblo, denunciados por la prensa y otros.
He estudiado a fondo las propuestas y programas de todos los partidos, aunque casi nunca se han cumplido, por lo que es indispensable que dichos programas sean cortos como los trajes femeninos que gustan, decía alguien, que eran mejores dos veces.
Lo mas importante es la voluntad política con sentido realista para 4 años, como ofrece el binomio del PRD, Hipólito Mejía y Luis Abinader, un binomio motivado y comprometido a enfrentar los males que hoy nos aquejan. Prometen una gestión transparente, con un gobierno ejemplar, donde no haya discriminados pueblos con obras urgentes. Creemos en esas fuerzas, y lo merecen después de tantos años fuera del poder para estimular la alternabilidad democrática, que se agrieta peligrosamente. Quiero concluir diciendo, con todo respeto, que sé que el binomio del PLD es bueno, sí, sí, pero no es cambio, porque es más de lo mismo.