El Comité de Veteranos del Salón de la Fama de Cooperstown eligió a Joe Gordon como nuevo miembro de esa prestigiosa institución, máximo honor que otorga el béisbol de las Grandes Ligas.
Nuestro Juan Marichal es el único dominicano que forma parte de esa inmortalidad del béisbol.
Al lograr el 75% de los votos requeridos Joe Gordon pasó a los libros de los más altos merecimientos de los bigleagues.
Ese 75% por ciento que se exige es demasiado alto, por lo que se cometen injusticias, y sirve para que algunos que creen que tienen ya su ticket de entrada a Cooperstown se den cuenta de que no es tan fácil.
Sobre ese tema, es decir, lo del exceso de confianza de algunos peloteros, incluyendo dominicanos, yo he escrito en varias oportunidades, advirtiendo que no celebren antes de que la diestra comience.
Son muchos los que incluso año tras año reciben bola negra en las diferentes versiones de votaciones, incluyendo la última, o sea, la del ya citado Comité de Veteranos y su preferencia por Joe Gordon, único que lo logró.
Y quedó fuera el formidable lanzador cubano Luis Tiant, al que vimos trabajar aquí con las Águilas Cibaeñas y quien es, sin lugar a duda, uno de los 5 mejores pitchers latinoamericanos de todos los tiempos, lista que, repito, encabeza nuestro Juan Marichal.
Para los más jóvenes, porque Luis Tiant tiene 68 años de edad, y se retiró hace 26, es bueno decir que este astro derecho jugó 19 temporadas, con 229 victorias, 172 derrotas, 571 de promedio, 573 juegos, 484 iniciados, 187 completos, 49 blanqueadas, 3,486 entradas, 2,416 ponchados y una formidable efectividad de 3.30.
Cuatro veces ganó 20 juegos, 3 veces ponchó más de 200, jugando con los Indios de Cleveland, los Mellizos de Minnesotta, los Yankees de Nueva York, los Piratas de Pittsburgh y los Angelinos de California.
Una lástima. Una injusticia. Un abuso. Un atropello. Una ofensa.
Pero no le den mucha mente a lo de la discriminación contra el negro cubano Luis Clemente Vega Tiant, nativo de Marianao, donde nació el 23 de noviembre de 1940, bateando y tirando a la derecha, con unos 5.11 de estatura y unas 190 libras en sus días de atleta.
Digo que no piensen demasiado en la discriminación made in USA porque en el paquete de este año del Comité de Veteranos le dieron bola negra nada menos que a Ron Santo.
Para los más jóvenes, también es oportuno informarles que Ronald Edward Santo jugó en 15 temporadas con los Cachorros de Chicago (14 de ellas) y la última con los Medias Blancas de Chicago, con 2,243 partidos, 8,143 turnos, 1,138 carreras anotadas, 2,254 hits, 365 dobles, 67 triples, 342 jonrones, 1,331 empujadas, 1,108 bases por bolas, 277 de promedio y 464 de slugging. Era una estrella como antesalista defensivo, un fajador con el guante y con el bate y hombre de momentos duros.
Y algo más a su favor: es el comentarista estelar de radio de las transmisiones de los Cachorros de Chicago desde el hoy quebrado, igual que el equipo, Wrigley Field. O sea, no sólo fue una superestrella en el terreno, sino que es un miembro de la clase que también elige. Ni hablar del mérito inmenso, algo igual de ignorado, que trabaja tras haber perdido las dos piernas.
Y ustedes preguntarán quién fue Joe Gordon. Y yo respondo: jugó 11 temporadas, con 1,566 partidos, 5,707 turnos, 914 anotadas, 1,530 hits, 264 dobles, 52 triples, 253 jonrones, 975 empujadas y 268 de promedio, con los Yankees de Nueva York (7 temporadas) y los Indios de Cleveland (4). Era intermedista.
Haga usted la comparación.