Miseria extrema

Señor director:

Si bien la lucha contra la delincuencia y la violencia es una obligación de todos, la mayor responsabilidad recae en el gobierno. Tiene a los organismos de seguridad, pero también es el responsable de implementar medidas sociales que puedan establecer una muralla al crimen.

La base inicial de toda organización criminal es el hambre y la miseria, en donde recluta a sus soldados. La mayoría de los que roban, ejecutan, venden drogas, provienen de las barriadas marginadas, por lo tanto allí es que hay que enfocar las soluciones.

Desde el gobierno es que se tiene normar una lucha, una sola lucha, en contra del crimen organizado. Es mitigar los cuadros de miseria profunda que tiene la sociedad dominicana, la falta de oportunidades para establecer un pequeño negocio o para conseguir un trabajo.

Si se trata de controlar la miseria extrema, se le estará quitando las patas a una maquinaria del crimen organizado que llega donde no hay esperanzas, ni futuro, para ofrecer un presente, basado en la fuerza del forro de los pantalones.

Por eso la lucha contra la delincuencia es de una sola ley, enfrentar a la pobreza extrema, lo demás debe ser simple actuación policial. El que viola la ley a la cárcel o al cementerio.

El presidente Danilo Medina está tomando medidas para comenzar a controlar a la pobreza extrema en que viven millones de dominicanos, o sea la mayor parte de la población.

Es un trabajo difícil, porque en el mundo de la libre empresa y la globalización de las ideas, el gobierno solo puede normar los trabajos y ofrecer ayuda mínima, sino cuenta en la tarea con la colaboración del gran empresariado y los sectores mediáticos.

Por desgracia los que más se benefician de que se controle la violencia criminal, los capitalistas, las comerciantes, los que tienen efectivo, son los primeros que voltean la mirada cuando se habla de planes a nivel nacional para controlar la miseria extrema.

Es una labor que aunque la inició Danilo, no va a contar en tres años con los recursos ni las fuerzas para llevarla a término medio, sino cuenta con el absoluto respaldo del sector empresarial, los grupos organizados, los profesionales y la mujer y el hombre sencillo de barrio.

Vamos a controlar la violencia, pero para que se vean resultados, hay que seguir tratando de reducir el margen de la pobreza extrema en que vive la mayor parte de la población.

Atentamente,

Manuel Hernández Villeta