La UASD maniatada
Señor director:
El lastre del pasado es un fardo demasiado fuerte para la Universidad Autónoma de Santo Domingo. La academia parece está viviendo los días del movimiento renovador, o la lucha del medio millón de los doce años. Hoy son otras las necesidades del país y universitarias en particular. En años pasados, cuando la libertad fue cercenada en el país, la UASD emergió como un foro de denuncias y de debate, para tratar los problemas nacionales.
Con autonomía presupuestal y su fuero, que para muchos convertía en casi territorio libre a la Ciudad Universitaria, se tomó una línea contestaria, y se tropezó con liberalismos propios de la época, pero que tienen que ser olvidados hoy.
Si en un instante para mantener su unidad fue necesario el co-gobierno, hoy es innecesario. Lo primero que se debe hacer en la universidad es eliminar el co-gobierno. Allí deben mandar las autoridades elegidos legalmente, no los estudiantes y los empleados.
Un co-gobierno que obliga a que se sea tan tolerante que no se pueda cancelar a un empleado, o que un estudiante le pueda faltar el respeto al rector, y nadie lo sancione. La UASD necesita autoridades firmes, que no estén atadas por compromisos con grupos minoritarios, que sólo tienen incidencia en la vocinglería interna.
La universidad de hoy tiene que comprender que no toda la población está apta para realizar estudios superiores. Tiene que aplicarse la prueba de admisión, para determinar los bachilleres que se pueden matricular, o a que carrera deben ser guiados.
Pero también se torna necesaria la baja estudiantil. Hay que sacar de la UASD a los estudiantes profesionales que tienen hasta 20 años estudiando una carrera de tres. Los que de esos bachilleres de por vida que no dén para estudios de alto nivel, que se les envíe a cursos técnicos de medio alcance.
Además, sin privilegios ni amigos, también se tiene que aplicar la baja profesoral. Hay personas que dan clase en la UASD que no están al día en sus materias, o toman la docencia sin responsabilidad, y eso no se puede seguir permitiendo. El grave problema de la UASD ahora mismo no es la situación nacional, si no sus dolores internos. Primero la casa de altos estudios debe ser remozada, saneada, modernizada, para que vaya de acuerdo con una dinamica nacional de desarrollo.
Atentamente,
Manuel Hernández Villeta