Bosch y la democracia
Señor director:

La isla de la Hispaniola en sus 514 años de historia y la República Dominicana en 162 de vida republicana, tiene en su haber incontables figuras que en su momento han jugado un papel protagónico y determinante, que pasan a formar parte de nuestra historia y del futuro que es hoy nuestro presente. Desde el soberbio cacique Caonabo, pasando por un bravío indio Tamayo y un sublevado Enriquillo, en la vida, antes, durante y después de la colonización, llegando al padre de la dominicanidad el prócer Juan Pablo Duarte, un intrépido y decidido restaurador como el General Gregorio Luperón, y no tendríamos espacio para aglutinar los nombres de todos los protagonistas de nuestra historia y menos palabras para mencionar sus logros y aportes.
De lo que si podemos estar seguros, es que luego de Los Padres de la Patria y Los Restauradores, ningún otro dominicano ha tenido la influencia en la vida pública de nuestro país como el profesor Juan Bosch. Es por lo que, la República Dominicana de hoy, de la Democracia, la Educación, la Modernidad, el Desarrollo y del Progreso, es producto de las luchas infatigables y del pensamiento avanzado y revolucionario del profesor Juan Bosch.

Juan Bosch, es el precursor, el sembrador, el educador, el que con una visión de futuro, promovió la reforma, la modernidad, el desarrollo y la equidad social, como herramientas principales de un proyecto de nación sustentado en los Principios y Valores duartianos, es por lo que la historia ha de investir al profesor Juan Bosch como el percusor de la Democracia y la Educación en la República Dominicana.

Este prohombre, humanista a la altura de Pedro Henríquez Ureña, mezcla en su ser las cualidades de educador, como Eugenio María de Hostos, literato reconocido y laureado a nivel mundial, perseverante luchador antitrujillista y revolucionario, político con la única misión de terminar la obra inconclusa del Padre de la Patria Juan Pablo Duarte, creador de una revolución democrática en el 1963 que trasciende las fronteras dominicanas, pero fue sobre todas las cosas un hijo amoroso y agradecido de su lar querido.

Es gracias al esfuerzo tesonero de este titánico luchador, a su visión y misión de hacer de la República Dominicana un país ejemplo para el mundo, por esta labor del profesor Juan Bosch, hoy en los albores del siglo XXI, la República Dominicana se está transformando en una nación fuertemente democrática, económicamente competitiva y socialmente más participativa y justa.
Atentamente,
Luis de León