Discapacidad
Señor director:
Acabo de leer que la marginación voluntaria se puede clasificar como discapacidad, a veces considerada una sociopatía.
La característica esencial de los marginados voluntarios es la de aislarse en grupos, en tribus, en razas, en familias. El marginado voluntario se aísla de los demás, pero no rechaza el grupo, y a veces lo busca.
(El idioma es también elemento importante de marginación voluntaria de grupos. Investigadores, creadores en general, según Javier del Amo, serían otros ejemplos de este tipo de marginación voluntaria).
Sin embargo, la marginación más grave, más conmovedora y mucho más interesante, es la del individuo que trata de separarse de sí mismo, la del que no acierta ni siquiera a vivir en paz consigo, la del que no resiste la congruencia de su propia personalidad.
Es que, como los demás, este tipo de inválido, además de ser llevado voluntariamente a la marginación, precisamente por comportamientos demasiadas veces embates – de orden sectario social, político, económico y religioso, no tiene oportunidad para mostrar su valor, su inmenso valor, en el engrandecimiento de su propio país y de la sociedad de la que forma parte con todos los honores, a diferencia de los tantos gobernantes, trepadores y explotadores que no valen nada.
El mundo era tan reciente dice García Márquez que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Lo que nos ocurre no tiene nombre. Nos desagrada señalar y ser señalados con el dedo.
Atentamente,
Cosette Alvarez
Santo Domingo
***
El idioma
Señor director:
Un estudio presentado recientemente sobre la escasa formación de los profesores de Lengua Española, sencillamente da miedo.
Además de decir que es urgente formar efectivamente a los docentes, quiero significar que puede estar en ese problema la causa de que muchos estudiantes tengan problemas en otras asignaturas.
El idioma es fundamental para la comunicación y para la comprensión.
Atentamente,
Luisa Castellanos
Santo Domingo