¡Los hábiles comunicadores!
Señor director:
En los últimos tiempos se ha acentuado la condición biunívoca de la libertad de expresión; se ha trocado en un hándicap y malestar para decenas de periodistas que, con legitimidad, merecen ser considerados como tales.
La veleidosa libertad de expresión ha facilitado que, soterradamente, comunicadores se confundan con periodistas. Les han “comido los dulces” al reportero de oficio y a los periodistas que pasamos hambre orgánica mientras estudiábamos; rompíamos cerco y soportábamos “humillaciones” cuando, como bisoños, nos adentrábamos en esta disciplina.
En estos momentos, contrario a lo que muchos creen, hay cientos de veteranos periodistas forjados en el día a día en las redacciones de radio, televisión y medios escritos que apenas sobreviven. Mientras esto sucede el pueblo ignorante y agentes mediáticos les dan todo el mérito a comunicadores que no ocultan sus atisbos partidarios.
Y lo peor de todo es, que programas cuya base programática era el entretenimiento, hoy no entretienen a nadie, y si lo hacen, ello se circunscribe al simple chisme farandulero o a poses politiqueras de nuevos comunicadores, propias de gambusinos. Debido al imperante desorden, paradójicamente esa condición les otorga un buen rating.
Conductores de connotados espacios televisivos, sin el conocimiento de quiénes sostenidamente han trabajado periodismo como se debe (nos circunscribimos a los auténticos hacedores de noticias, en sus variadas modalidades), otorgan reciedumbre en la disciplina a algunos improvisados. Claro, esto no obedece al esplendente profesionalismo.
Según nos hemos enterado algunos de los hábiles comunicadores ya han sido beneficiados hasta por los directivos del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP). Otros han sido colegiados aunque no hayan estudiado la disciplina, ni elaborado una nota de prensa. Sólo unos pocos admiten que no son periodistas, mientras otros adversan a los colegiados; pero anhelan engrosar la membresía del CDP.
Evidentemente estos desaciertos son fruto de nuestras desinstitucionalización. En lo que concierne a los colegiados, hasta el momento, le corresponde al CDP establecer quiénes merecen fortalecer su membresía. Se deberían implementar los precisos mecanismos a fin de que no se festine nuestra ya desacreditado oficio, y abriendo trochas, tratar de que los periodistas de conciencia laboral ocupen el sitial que les corresponde.
Atentamente,
Fernando de León