Por Leonel

Señor director:

El hecho de que el expresidente Leonel Fernández admitiera que durante sus dos períodos de gobierno se acumuló un déficit fiscal, como ha ocurrido prácticamente en todos los países capitalistas, cercano al 8% del PIB, sirvió de estímulo a sus adversarios para que personalicen en él todo el enojo y el aborrecimiento que surgen en individuos y grupos que asumen sobredimensionadas expectativas sobre los resultados de un proceso electoral.

En un país donde no se cultive el narcisismo político, aquella confesión habría dado lugar a un buen debate sobre por qué la magnitud del déficit no bloqueó el crecimiento y la inflación permaneció baja. Pero lo que hizo la oposición política verdadera y la otra, aquella que usa a la verdadera como cauce para su frustración porque los votantes jamás la han tomado en cuenta, fue iniciar un ruidoso movimiento mediático cuya conducta explícita es la manipulación, para poner a la gente contra la reforma fiscal. Por supuesto, solo un bobo cree que los accesos de furor y los provocativos insultos frente a FUNGLODE fueron una arremetida espontánea.

Contra Leonel, su esposa y otros altos cargos del PLD, a través de irrespetuosos programas televisivos, vía las llamadas redes sociales, que individuos que nunca han experimentado un solo sentimiento positivo, las han convertido en redes cloacales, se han dicho insultos y acusaciones humillantes que solo mentes enfermas conciben.

Tal vez por eso, el afamado psicólogo Otto Kernberg escribió por la década del ’70: Cuanto menor es la fortaleza del yo de un individuo, lo que le impide desplegar una personalidad sin trabas y bien estructurada, mayor es su inclinación a simbolizar con bajezas todos sus fracasos. Y ahora pregunto: Doctor Guillermo Moreno, ¿qué le molesta de Leonel? ¿Acaso el hecho de que es un líder innegablemente competente, asertivo, sin concepciones reduccionistas y con perfecto control de emociones como la vileza, la envidia y la codicia? Pretender desvalorizarlo haciendo creer a la población que es el peor farsante, corrupto y simulador, no pasará de un añorado deseo de sus enemigos, porque ese hombre constituye un paradigma y los hombres paradigma son los que dan corporeidad a la historia y valores de los pueblos. De ahí que, nadie dude, volverá al Poder en el 2016.

Atentamente,

Dr. Pedro Mendoza.

Santiago.