Opinión

Cartas de los lectores

Cartas de los lectores

Todos pierden

Señor director:
Ningún partido en solitario tiene las fuerzas suficientes para ganar unas elecciones presidenciales. El triunfo electoral depende totalmente del apoyo que se recibe del ciudadano de a pie, del rostro de la multitud, del solitario fuera de la manifestación, del pie descalzo, de la masa silente.

La mayoría conservadora no quiere saber de política partidaria, pero sí cree que es un deber ciudadano votar en las elecciones presidenciales, sin importarle en gran parte las congresuales o municipales. Un par de días en el año electoral lo dedica a conversar con sus allegados y a ver quién tiene mayores posibilidades de convertir sus sueños en realidad.
Poco importa lo fuerte que sea un partido político. Únicamente puede organizar a un puñado reducido de los dominicanos. Con únicamente su fuerza propia nadie gana los comicios, por lo que el pleito será para atraer a la masa silente, que es muda, no escribe, no tiene ideas, pero si la percepción de quien puede ser su mejor candidato.

Una de las principales percepciones de la masa silente, es que un partido que se divide no es confiable para llegar al poder. Todo partido que sufra una división en plena campaña electoral está condenado al fracaso. Puede que se encuentre en la oposición o en el gobierno, si se divide pierde.

Hoy es más difícil que nunca ganar unas elecciones generales. No hay ideología y por consiguiente todos los partidos son iguales, levantan el mismo estandarte. La única diferencia es la visión personal del candidato sobre los problemas nacionales. Son votaciones donde no se juegan los principios ni los programas de gobierno, sino quien vende una cara agradable para la foto oficial, o el que tenga mejor timbre de voz y explicación de ideas, para ganar a los ignaros.

En el país solo hay dos partidos con real fuerza electoral, visto en este momento. El Partido de la Liberación Dominicana que está en el poder y busca continuar en el gobierno, y el opositor Partido Revolucionario Mayoritario. Sobre ambos pende la hoja de la guillotina de la división. Si se fraccionan perecen. Habrá que ver si hay el sacrificio de sus dirigentes, para uno echarse a un lado y dejar que el otro pase.

Creo que en el acontecer político nacional no hay dosis ni banderas para los sacrificios. Nadie dejará a un lado su campo de acción. Es más seguro una división que un sacrificio. La política es de coyunturas que se enhebran en el día a día.

Atentamente,
Manuel Hernández Villeta

El Nacional

La Voz de Todos