La biblioteca del AGN

Señor director:
El día 23 del corriente mes, nos apersonamos a la sala de investigación del Archivo General de la Nación y al llegar recibimos la noticia, de parte de la encargada de la Sección del Archivo Nacional, una señora de inequívoco acento extranjero, de que el servicio de biblioteca no estaba disponible, debido a que el sistema tecnológico que sirve los datos estaba fuera de servicio y que esto se debía a que la compañía instaladora del servicio, cuya sede se encuentra en el extranjero, no había respondido adecuadamente a la implementación efectiva del servicio.

Dicha señora no nos buscó alternativas, aduciendo que le era imposible facilitarnos documentación y/o libros, dejándonos como investigadores interesados en realizar un trabajo de historia nacional, ante la única opción de abandonar el lugar y no tener nueva razón de volver al mismo.

Tras nosotros quejarnos con una señora de la parte administrativa, de aparente acento extranjero también, ésta muy diligente, dulce y correctamente, coadyuvó a que pudiéramos adquirir los libros solicitados, a pesar de la posición de poca colaboración inicial de la encargada. También pudimos observar que, aunque a nosotros nos fue facilitada la documentación requerida, vimos como un grupo de estudiantes en uniforme, se vieron frustrados en su intento de realizar algunos estudios investigativos, sin que se les dijera si podrían volver a acceder a la plataforma digital, como era la razón por la cual, a la gente del archivo no le parecía que tenían otra opción de satisfacer la demanda, puesto que ellos “no iban a coger lucha”, buscando libros, si la plataforma digital no estaba activa.

Al otro día, 24, me apersoné al mismo lugar, y se me dijo que ya la plataforma estaba “entrando”, y “que entraba a veces”, cosa que, de haberlo sabido el día anterior, al menos sabría que tenía una buena alternativa, pero a nadie le pareció que mi interés requería esa explicación, que sí me dieron al otro día, luego de mi protesta.

Nuestro interés en hacerlo público va en el sentido de que se establezca, además de las formas y procedimientos al usuario “regular”, se pueda determinar por qué una plataforma digital pagada por el Estado y el pueblo dominicano, a una empresa, que primero se me dijo era de Colombia, y al día siguiente de España, no da el servicio para el cual fue contratada.

Una observación que hacemos, es el “aparataje militar”, en una institución civil de la naturaleza del archivo, y que deja en algunas personas la sensación de “terror.”
Atentamente,

Victor José Pimentel Fajardo

Animador Socio-Cultural,