Grandeza política
Señor director:
Los líderes se engrandecen en las grandes batallas y en la guerra. Así lo hizo José Francisco Peña Gómez en la lid por el liderato en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), tras su derrota en 1996, y antes de su muerte, cuando supo perdonar a sus enemigos a lo interno del PRD y a sus detractores políticos y personales.
Dejó un gran legado que muchos envalentonados de poder en el 2002 echaron por la borda, pues con la desaparición física del gran líder perredeísta vieron abierto el camino para imponer sus planes estratégicos e ideológicos de asalto a las estructuras partidarias y de permanencia en la dirección del Estado.
Peña Gómez ya se murió, era su consigna, para justificar su contrarrevolución.
Decimos contrarrevolución, porque luego del fraude electoral en su contra en mayo de 1994, Peña Gómez desarrolló el más significativo proceso revolucionario contra el régimen de Joaquín Balaguer, al forzar a éste a firmar un acuerdo mediante el cual se reformaba la Constitución, le prohibía repostularse en 1996 y le acortaba dos años a su período gubernamental.
Los que en el 2002 enterraron el legado de Peña Gómez, en el proceso convencional recién pasado lo levantaron y siguen levantándolo de manera demagógica.
Como Peña Gómez, grandeza política demostró Miguel Vargas, que a pesar de que los ideologistas de nuevo cuño han satanizado el acuerdo de las corbatas azules, con éste retomó la revolución contra Joaquín Balaguer y legado del gran líder, al lograr el restablecimiento de la no reelección consecutiva en la Constitución, y tras una convención viciada y con los jueces en contra, ha sabido asumir un gran sacrificio, pese a las amarguras que deja el proceso, al desistir de su justo derecho de reclamar la revisión de resultados, para garantizar la unidad del PRD, disponiendo la integración de su equipo a los trabajos proselitistas.
Contrario a lo preconizado por sus detractores, Miguel Vargas, con su decisión, mostró gran capacidad política, engrandeciéndose, como lo ha hecho desde que muchos se retiraron a sus casas y dejaron al PRD a merced del PLD, por causa de las ambiciones de un grupo que sigue aferrado a un perredeísmo del pasado, basado en la confrontación, las zancadillas, la ambivalencia y la traición al partido.
Atentamente,
Rafael Tomás Jaime
Periodista