El PLD

Señor director:

En el próximo torneo electoral, el candidato a la presidencia por el PLD será el doctor Leonel Fernández. Es lo que se alcanza a ver, porque no es cierto que él será juzgado y mucho menos que será condenado, y el proyecto electoral se articulará en torno a su figura.

El actual presidente no puede ser candidato, y en el PLD no hay una figura con carisma que pueda serlo. Jaime David Fernández Mirabal ya no es mencionado como candidato ni entre sus íntimos, porque perdió su liderazgo.

Temístocles Montás se presenta como aspirante a la candidatura, porque alguien tiene que hacer el juego a la alternabilidad para que se vea que hay más de una opción. Incluso no sostiene que sea aspirante. Eso sí, cuando se trata del PLD, las noticias que se filtran y las que son desmentidas, hay que pensar que son piedras que trae un río que por algo está sonando.

En el PLD no se alcanza a ver, como en el PRD, el fantasma de la división, pero eso no quiere decir que no haya grupos en pugna. Sencillamente, el peledeísmo sabe nadar y guardar la ropa en eso de pelearse y aparecer ante el público como que son hermanitos de siempre.

El expresidente Leonel Fernández podría ser el candidato y tiene mucha posibilidad de ganar las elecciones, porque ninguna querella o denuncia prosperará. Él preparó su proyecto electoral y cuenta con sus compañeros, para que, por lo menos, no se lo tiren al piso.

No es lo que le sucedió en las elecciones pasadas a Hipólito Mejía, cuyos compañeros le tiraron al piso su candidatura, porque no fueron capaces de comprender que las cosas podrían ser peores con el PLD en el gobierno.

Ellos no entendieron eso, y no lo entenderán, pero en el PLD las cosas son distintas. No es posible que un miembro de ese Comité Político eche a perder lo que entre todos ellos han logrado.

Esa es una razón más que suficiente para pensar en Leonel Fernández como futuro candidato.

La boleta electoral estaría compuesta por Leonel Fernández y un competidor del PRD. ¿Acaso Guido Gómez Mazara? No sé, porque en el PRD todo es impredecible, pero en el PLD todo parece estar claro.

Atentamente,

Ramiro Reyes.

Santo Domingo.