Con yuca y aguacate
Señor director:
Advierto que no soy del club de los pendejos. Pero los que si debieran tener un espacio de principalía en la dirección de ese club son los estrategas y seguidores del relanzado y cantinflesco Proyecto Presidencial de Hipólito Mejía (PPH).
Me explico. Estos plus ultra del marketing político vernáculo piensan de que se las están comiendo, ignorando adrede de que ese mecanismo estratégico se lo considera como elemental.
Veamos. La estrategia con que se inician es la de procurar hacer creer a la población que Hipólito Mejia concita en la actualidad el mayor nivel de afectos y popularidad con relación a los demás aspirantes presidenciales del PRD con miras al 2012.
Lo anterior obedece a que saben que el producto Hipólito cuenta con la más alta tasa de rechazo en los últimos años, y hay urgencia en reposicionarlo en el mercado electoral.
En consonancia con ese despropósito y para su provecho, el PLD, le cogió la seña y ha puesto al servicio (de forma intencional) de los pepehachistas, su industria vocinglera enquistada en programas de radio y televisión. Si aún no lo creen, les invito a que corran el dial de su radio o tomen el control remoto de su televisor, para que vean si el tema de debate no es a son de llegó papá.
Para tales propósitos los guruses del PLD habrían impartido instrucciones para que sean invitados a esos programas, tanto Hipólito Mejía como los más fervientes exponentes del pepehachismo y virulentos opositores a Miguel Vargas, quien concita los mayores niveles de popularidad de la oposición, para ahondar más las pugnas dentro el PRD y que el fantasma de la desunión gravite en sus predios.
Para el que lleva anotaciones y maneja numeritos, y para aquellos que lo ignoran, actualmente el padrón es de 6 millones 116 mil electores, y según las proyecciones podría llegar a los 6 millones 500 mil para las elecciones del 2012.
El 80% de la población con derecho al voto no pertenece a ninguna organización. Es la franja a quienes Balaguer lllamó masa silente. En esa franja, Hipólito Mejía tiene la más alta tasa de rechazo, casi un 70%, y dentro del PRD apenas un 12% lo siguen.
Por eso es que el PLD prefiere colaborar con el PPH. Para comérselo con yuca y aguacate, como diría Guido Gómez Mazara.
Atentamente,
Profesor Benedicto Grau
Santiago