Abuso sexual
Señor director:
Los violadores de niños, adolescentes, adultos y ancianos, están muy presentes, y hay que incluir a algunos que, en lugar de ser padres, son bestias. Las violaciones son más de las que podamos imaginar, pues muchas no son reseñadas. El mes pasado, en la calle Josefa Brea esquina calle Doña Chucha (antigua 13), en un terreno baldío al lado de una ferretería, violaron una niña de 12 años.
A la 1 de la tarde, el violador la metió en el solar lleno de malezas y, por los gritos de la niña, llegaron los empleados del negocio, pero ya el perverso había consumado el hecho. Le dieron golpes y casi lo linchan, pues a los ferreteros se sumaron personas que por ahí transitaban y si no hubiera llegado la Policía el violador tuviera las hierbas altas y en el más allá estaría sin pene, pues uno se lo iba a mochar con un machete y pretendía echárselo a unos perros que por ahí deambulaban. Narró la niña, quien todos los días cruza por ahí con su hermanito, porque van a comer a la fonda de una tía en Villa Consuelo, su madre los manda, porque no está trabajando y no tiene para darles de comer.
El abusador andaba con una Biblia y le ofertó a la niña leerles algunos versículos, mandó al niño a comprar mentas a un colmado cercano y a ella la metió en el solar yermo. Los dueños no han acondicionado ese lugar, y es refugio de violadores y drogadictos. Como en los gobiernos que nos damos no hay política de salud mental, para esos antisociales que trauman por siempre y matan a cualquiera, lo idóneo sería que, máxime a los violadores les apliquen la pena de 30 años. Pero quizás es mucho pedirles a los funcionarios judiciales, pésimos servidores públicos.
Algunos entendemos, que los funcionarios pegados con coquí en los 12 años de gobierno de Leonel Fernández, por su irresponsabilidad, ineptitud y soberbia, dejaron crecer los males y se ganaron ser desalojados de los puestos, y para que este país no colapse totalmente en el gobierno presidido por Danilo Medina, los relevos tienen que ser profesionales capaces, éticos y conscientes de la relevancia de su rol de servidor público.
Atentamente,
Lic. Teresa Gómez
Santo Domingo