Opinión

Cartas de los lectores

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La Nueva Trova

Señor director:

La voz mas alta de Cuba, cantó y habló la verdad. Su declaración, franca y abierta,  entono, ahora si, una “nueva trova”.

La “nueva trova” de Pablo Milanés surgió, por fin, como la lava de un volcán que abre una hendija en la montaña por donde escapa de la mordaza. (Y el comentario dijo: “tibia…”)

Esta declaración no hubiera sido posible sin la frase ígnea del propio Fidel: “El modelo ya fracasó”. A la que el sagaz cantante ripostó: “Pero no se vayan, Fidel y Raúl, sin arreglar este disloque…”

Como inteligente compositor, sabe que la hecatombe económica del “modelo” se debe a la socialización de la propiedad privada. Y a su derivación, que es la libertad de empresa. Ahí apuntó Milanés su primer proyectil: Que dejen todas las “libertades garantizadas”. Y no sólo con el hipocrita disfraz: el “cuentapropismo”.

Ante todo, la libertad de expresión. Es decir, cero presidio político para los disidentes. Y cero exilio en España para los presos políticos que se obstinen en expresar libremente su opinión.

Libertad de cultos para la Iglesia Católica, perseguida y destruida.

Libertad de mercado, sin control del Estado que solo regulara la economía para que todos los bienes y servicios pueden ser accesibles a todos los estratos de la sociedad.

Fidel y Raúl no se pueden ir al otro mundo sin restablecer “un orden” en Cuba.

Teme Milanés que un “grupo de oportunistas, que ya están en el Poder, se apoderen de Cuba”. ¿A que se refiere?

Indudablemente, al Ejército cubano,  único Poder organizado que hay en Cuba. El Poder Militar que obligó a Fidel a internarse  (en ocasión de un cáncer diagnosticado) para que cesara de hacer “disparates” seniles desde la presidencia. (como su trifulca con Fox en 2003).

Porque Milanés está consciente de que no hay un poder civil capaz de organizar la Cuba postcastrista. Porque Fidel absorbió  el poder político. 

Mientras tanto, Milanés, avivato, entramó su nido. Obtuvo la tarjeta verde del odiado Yankee. Consiguió el permiso de Fidel para recibir y guardar dólares. Se apertrechaba.

Más que a ningún otro, al creador de la “nueva trova” le cabe el refrán castellano: “El ave canta aunque la rama cruja”. Aunque otros le aplican otro adagio español: “Cuando el barco se hunde, los ratones abandonan el barco”.

Atentamente,                       

Lic. Francisco Dorta-Duque

Santo Domingo

El Nacional

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