¿Historia o historieta?
Varios libros se preparan respecto a la historia de la izquierda dominicana, algunos de ellos para manipular los hechos, denigrar organizaciones que se extinguieron y a sus dirigentes más destacados.
Vivimos en una época en que la palabra (escrita o verbal) gana cada vez más poder que las armas de guerra. Con ella se puede adormecer la conciencia, dominar la voluntad y conducta de la gente.
Leer o escuchar lo que izquierdistas arrepentidos escriben o verbalizan respecto a la historia de las organizaciones revolucionarias, debe ser escudriñado con el mayor cuidado.
Muchas de esas historietas están dirigidas a confundir incautos; a difundir una falsa percepción de la historia y a crear una imagen negativa de la izquierda en la vida nacional.
Marquemos la diferencia entre la historia como ciencia y la historieta, arte universal que se remonta al siglo XIX, de la mano del suizo Rodolphe Tópffer, el alemán Wilhem Bush y el francés Cristophe.
Detrás de ciertos radicalismos vacuos se ocultan programas imperialistas dirigidos a atrapar las mentes brillantes de intelectuales o de la gente común bien intencionada.
Muchos de los errores de la izquierda, que le retrasan la marcha, han sido inducidos por la mano peluda e invisible del imperio y sus agencias de contrainsurgencia.
Esa realidad está presente en nuestro país y se percibe en América Latina y en otras latitudes.
Las agencias del imperio usan caballos de Troya para realizar el trabajo de zapa; crean falsos dirigentes sindicales y políticos; infiltran y penetran organizaciones revolucionarias.
Y hay ciertos historiadores que hablan por boca de ganso y escriben por encargo. Entonces, hay que leer con cautela lo que otros escriben con mentiras y medias verdades.