Opinión

CATALEJO

CATALEJO

El título del artículo de hoy pertenece a una teleserie gótica, creada por Dan Curtis, con el guión de Art Wallace, que se transmitió desde el 27 de junio de 1966 hasta el 2 de abril de 1971, en la cadena de televisión ABC y luego, a principio de la década de 1970, por un canal de televisión dominicano.

En la historia narrada, Barnabás Collins es el personaje central. Se trata de una criatura aterradora de la noche; un vampiro de 175 años de edad en busca de sangre fresca y su amor perdido, Josette.

Orlando Martínez Howley, asesinado un día como hoy, en 1975, por esbirros del régimen de Joaquín Balaguer, hizo un símil entre las empresas multinacionales radicadas aquí y el personaje de “Sombras tenebrosas”.

Acertada la comparación hecha por Orlando de Golf and Western, Alcoa Exploration y Falconbridge con el vampiro Barnabás. Hoy debemos hacerla también con la Barrick Gold y otras mineras radicadas en el país.

Por la arrogancia de Barrick frente al presidente Danilo Medina y a la nación, se debe ir más allá de lo planteado por el mandatario y nacionalizarla. Obliga a ello el saqueo del oro, entre otros metales, y el daño medioambiental.

Pero nacionalizarla no es tan sencillo como “soplar y hacer botellas”. Enfrentar a la Barrick, es hacerlo contra sus accionistas George H. W. Bush, Adnan Khashoggi y el empresario venezolano Gustavo Cisneros, entre otros magnates.

El contrato del Gobierno con esa minera fue impulsado por funcionarios del gobierno de Estados Unidos como la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice y el ex embajador en República Dominicana Hans Hertell.

El esfuerzo para rescatar esa riqueza, que extrae y extraña del país la Barrick Gold, con el ‘plácet’ otorgado por Leonel Fernández, debe ser en un sólo haz, pueblo-gobierno. 

 

El Nacional

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