Analizando el panorama, me pareció indispensable hablar hoy del tema del título, consciente de que nuestra modesta experiencia podría ayudar a concientizar sobre el Tribunal Constitucional en proyecto, que ha provocado los choques que anunció el presidente de la Suprema que provocaría.
Ha ido subiendo la violencia por mayores recursos para educación y salud, carreteras y presas. Se impone a los buenos hijos tratar de bajar dicha presiones, en momentos en que se perciben serios problemas incluso en las economías más desarrolladas del mundo.
Siempre he sido legalista y defensor a rajatabla de la decencia, la justicia y la moralidad, aunque eso es un cuello de botella en nuestros países, modestia aparte. Estos escándalos extractados son reflejos de pueblos que vienen conteniendo necesidades insatisfechas de una u otra forma; por lo que pasamos hoy los dominicanos, por lo que entiendo que el ilustre Jefe de Estado debe hablarle al pueblo y crearle conciencia sobre dicho tribunal Constitucional.
Él conoce bien sus funciones y podría ser su intervención ahora, algo parecido a lo que sugirió nuestro cardenal y el conciliador por excelencia, Agripino Núñez Collado, pero ellos hablaron que Leonel Fernández mediara en vistas públicas, pero así no lo creo conveniente, porque al ser aupado a la reelección, lo verían sus adversos descalificado para mediar. Total que los opuestos saben muy bien que los afanes reeleccionistas favorecen a los opuestos de Leonel, ya que sería la única motivación de juntar mansos y cimarrones como dice el pueblo y los oportunistas, para tratar e evitar dicha reelección.
Señor presidente, usted tiene la mejor espada para crear conciencia que sabe hablar y vender; háblele a su pueblo y a tantos amigos que lo hemos venido ayudando sin pago y sin funciones, por amor y esperanza, a las causas nobles. Finalmente, suponemos que el presidente conocía lo que produciría cuando se designara dicho Tribunal Constitucional, por lo que dijo en Argentina cuando habló que sería una revolución. Exactamente, ya comenzó y hay que crear conciencia al respecto, hable a su país. Nosotros estamos de acuerdo con dicho Tribunal que conozca los asuntos constitucionales y que nuestra Suprema Corte siga conociendo los asuntos generales fuera de lo constitucional y respetar los asuntos de orden constitucional que ya tengan la autoridad de las cosas juzgada.
Así de sencillo, y parar la algarabía que se ha levantado en un país repleto de nuevos problemas ahora mismo, con amenazas de carestía de todo cuanto necesitamos, llámese canasta familiar, gasolina, pasajes, y demás, con sueldos congelados y lo peor, tantos desempleados.