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Cuando ocurren hechos como los de Paya y el asesinato aleve del coronel González y González, la gente sufre doblemente. Primero, la conmoción que le produce la noticia amplificada por la mecánica repetidora de las nuevas técnicas y tecnologías de los medios de comunicación, y, segundo, la salida a flote -¡otra vez!- de un perfil del jefe del Palacio aparentemente indiferente y huidizo y que, para no pocos, va dejando un sabor a indolencia o a déficit de autoridad.
Algunos seguidores fanatizados del presidente Leonel Fernández quieren tapar el Sol con un dedo, y repiten que estos escándalos ocurren en otros países cercanos y que son culpa de los tiempos y no del actual gobierno.
Y, por su parte, el jefe del Palacio, con su sentido político utilitario del manejo de escándalos, en aquellos casos en que no puede escurrir el bulto, hace una movida mediática que termina siempre en el mismo lugar: en nada.
Es cierto, corrupción política y narcotráfico hay por todos lados en Centroamérica y América del Sur, pero el nivel de impunidad y encubrimiento que se está dando en nuestro país no tiene iguales en otro lado.
Además, la pasividad presidencial ante el desmoronamiento de la credibilidad de las instituciones militares y policiales. no tiene paralelo con las actuaciones de ningún otro gobernante democrático de América Latina.
De no corregir rumbo, el comportamiento de nuestras autoridades frente a esos escándalos llevará al país al caos institucional, como ocurre hoy en Haití y en el Zimbabue de Mugabe.
Porque, lo que escandaliza no son solamente los hechos delictivos, sino la pública complicidad de altos funcionarios y la desesperante falta de acción de quienes gobiernan.
Mas allá de discursos y propaganda, golpe tras golpe, los dominicanos hemos descubierto a un doctor Fernández que confunde el arte de gobernar con un mero ejercicio de supervivencia y a la ética con la vista gorda.
Con su pasividad y con su tolerancia, el doctor Leonel Fernández, sin proponérselo, sigue abonando el terreno para que la corrupción medre y el narcotráfico se expanda.