Birdman: Intensa y cautivante
Este no es el tipo de film pleno de emoción y adrenalina, o aquel que mientras se ve despierta con frecuencia la risa franca, no. El placer que uno obtiene de ‘Birdman’ llega in crescendo en pequeñas dosis, y cuando lo hace inunda con un estallido los contornos del intelecto.
Aunque impregnado de un oscuro sentido del humor ‘Birdman’ es en realidad un drama triste y doloroso, y por supuesto, trágico, en el sentido amplio del término.
Ahora bien, eso sí la película contiene una sensacional caracterización de Michael Keaton, en un personaje cuyo perfil de algún modo evoca el suyo propio en el cine –de ahí la semejanza de su alter ego con Batman–, y con el cual innegablemente, tal y como sucede en la ficción –¿Es este acaso uno de esos ejemplos en los que el arte imita a la vida y viceversa?– ha venido a reivindicar su carrera,
La historia, escrita por el prestigioso director mexicano Alejandro González Iñárritu, con la colaboración de Nicolas Giacobone, Alexander Dinelaris y Armando bo, se revela como una intensa, enérgica y aguda sátira cuyas puntualizaciones sobre los actores, el oropel que muchas veces los envuelve, el teatro, el cine, y el envenenamiento del alma; reflejan las tribulaciones o crisis existencial por la que atraviesa el actor Riggan Thomson.
Thomson (Michael Keaton) es un veterano famoso por haber encarnado unos quince años atrás el personaje central (‘Birdman’) de una exitosa franquicia cinematográfica. Pero Thomson ya no es quien fuera una vez, como muy bien le recuerda si hija de forma áspera e insolente, –excelente Emma Stone quien luce enigmática e irritante– en uno de los momentos más dramáticos del film.
Asi que, separado de su esposa, por un motivo cada vez menos claro, y con una relación conflictiva con su hija adolescente, Thomson intenta de forma desesperada de recuperar la gloria perdida, aferrándose al montaje en Broadway de la historia corta de un famoso Raymond Carver: What We Talk About When We Talk About Love.
Trabajando básicamente entre los confines de laberinticos pasillos y en el escenario de un teatro en Broadway, González Iñárritu ha creado un film que es en esencia un ejercicio de estilo, sin que por ello deje de ser una producción excitante y de gran dinamismo.
