El director del Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (CONIAF), consideró que el país tiene las condiciones para aumentar la capacidad productiva porque cuenta con unos de los niveles de producción más completos de la región del Caribe.
El ingeniero Juan Chávez citó que unas de las primeras prioridades es implementar en lo inmediato un programa intensivo de investigación y desarrollo que permita la validación y transferencia de tecnologías, para ir dando respuestas a las demandas sentidas del sector productivo nacional.
También un programa de relevo generacional a todos los niveles, dando prioridad al trabajo en equipo entre los agrónomos y técnicos de otras ramas de la ingeniería, porque son los protagonistas de los procesos tecnológicos desarrollados, manifestó el director del CONIAF.
Asimismo implementar un desarrollo rural integral mediante la creación de mercados florecientes y oportunidades de empleos, haciendo posible un crecimiento económico equitativo.
El director del CONIAF expresó que para alcanzar el 50% de aumento en el futuro de la producción, hay que satisfacer el incremento del 30% en la demanda de alimentos proyectada para el 2050 en el país, implementando un programa de asociatividad productiva, medidas de protección social, y contratos de compra y venta entre el Estado y las asociaciones y cooperativas rurales.
“La prioridad debe ser aumentar la productividad, disminuyendo el gasto en insumos en, por lo menos, un 40% en aquellos cultivos que forman parte de la lista de la canasta básica, y así dar prioridad a la seguridad alimentaria de todas las personas”, puntualizó Chávez.
Añadió que estas facilidades deben combinarse con un programa agresivo de industrialización del sector agropecuario para agregar valor a la producción; expansión del modelo de agricultura orgánica, incentivo para cultivos no tradicionales, y la biofortificación de rubros de amplio consumo como el arroz, habichuela, maíz, batata, yuca y plátano.
Citó un estudio de la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), del 2013, que apunta que “las políticas encaminadas a aumentar la productividad agrícola y la disponibilidad de alimentos, especialmente cuando van dirigidas a los pequeños y medianos predios, pueden permitir reducir el hambre incluso allí donde la pobreza es generalizada”.