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Ciudad de California llora a los muertos en balacera en bar

Ciudad de California llora a los muertos en balacera en bar

THOUSAND OAKS, California, EE.UU. (AP).- Cientos de personas se reunieron el jueves en la noche para recordar a la docena de víctimas de la balacera perpetrada por un veterano de la Marina en el bar Borderline Bar & Grill la noche anterior. Los dolientes se tomaron de las manos, cantaron y se preguntaron cómo una de las ciudades más seguras de Estados Unidos se convirtió en el escenario de una masacre.

Escenas de horror similares se sucedieron en muchas partes del país en los últimos meses, pero nunca antes en Thousand Oaks.

Los aterrorizados clientes que acudieron al local de ocio como cada semana para bailar en una noche universitaria destrozaron cristales con bancos para escapar o se arrojaron encima de sus amigos para protegerlos cuando comenzaron los disparos. Doce personas fallecieron, incluyendo Ron Helus, un sargento de la policía del condado de Ventura de 29 años que estaba a punto de retirarse y que respondió a los reportes sobre la balacera y fue abatido por el agresor al entrar al bar.

Él y los efectivos que llegaron los primeros al lugar «corrieron hacia el peligro», dijo el jefe de la policía, Geoff Dean, durante la vigilia.

«Cuando le conté (a su esposa) que habíamos perdido a su héroe, le dije: ‘Gracias a Ron se salvaron muchas vidas'», agregó Dean. «Y ella me miró entre lágrimas y dijo: ‘Él lo habría querido así'».

En la lista de fallecidos había también un hombre de 22 años, Telemachus Orfanos, que sobrevivió a la masacre del año pasado en Las Vegas.

«No quiero oraciones ni pensamientos», dijo su madre, Susan Schmidt-Orfanos, antes en el día. «Quiero que esos bastardos en el Congreso… necesitan aprobar el control de armas de forma que nadie más tenga a un hijo que no regrese a casa».

Dani Merrill también estaba en el festival de música country de Las Vegas el año pasado cuando un hombre apostado en una habitación de una planta alta de un hotel-casino abrió fuego matando a 58 personas. Se mostró devastada porque una tragedia de ese tipo alcanzase su comunidad.

«Estoy súper triste porque ocurrió en nuestra casa y me siento fatal por las familias que tienen que pasar por esto», apuntó Merrill en la vigilia. Ella huyó del local cuando comenzaron los disparos y se hizo daño en una rodilla al correr hacia un muelle de carga.

Thousand Oaks, que tiene unos 130.000 habitantes y está a 64 kilómetros (40 millas) de Los Ángeles, justo al otro lado del límite del condado, está anualmente en la lista de las ciudades más seguras de Estados Unidos.

Las autoridades están investigando el motivo del ataque.

El homicida, Ian David Long, de 28 años, era un veterano de la guerra de Afganistán que solía manejar ametralladoras. La policía lo entrevistó en su casa a principios del año después de un episodio de comportamiento perturbado que podría deberse a un trastorno por estrés postraumático, según se dijo a las autoridades.

Long, vestido de negro y cubierto con una capucha, tenía una pistola con un cargador ilegal de mayor capacidad. Baleó a un guardia de seguridad afuera del bar y cuando entró abrió fuego contra empleados y a los clientes, indicaron las autoridades.

También utilizó una bomba de humo, dijo un funcionario policial que habló a condición de guardar el anonimato porque no está autorizado a declarar sobre la pesquisa. Al parecer se suicidó cuando docenas de policías comenzaron a llegar al lugar.

Muchos de los aproximadamente 150 clientes en el Borderline se arrojaron debajo de las meses, corrieron hacia las salidas, rompieron ventanas para escapar o se escondieron en el ático y los baños, dijeron las autoridades y testigos.

Esta fue la balacera más letal en el país desde que 17 estudiantes y profesores murieron en una escuela secundaria de Parkland, Florida, en febrero y se produjo menos de dos semanas después de que un pistolero enmascarado asesinó a 11 personas en una sinagoga en Pittsburgh.

El gobernador electo de California, el demócrata Gavin Newson, en su primera presentación pública desde que ganó los comicios el martes, lamentó la vuelta de la violencia al estado.

«Es una cultura de las armas de fuego», afirmó. «¿No puedes ir a un bar o a un club nocturno? ¿No puedes ir a la iglesia o a la sinagoga? Es demente, es la única forma de describirlo. La normalización, es la única manera en que puedo describirlo. Se ha vuelto algo normal».

El presidente Donald Trump elogió a la policía por su «gran valentía» en el ataque y ordenó que las banderas ondeasen a media asta en honor a las víctimas.

El Nacional

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