CÓJANLO

Sello tenebroso

Asesinatos como el del ingeniero y empresario José Ramón Crespo, ocurrido el lunes en Santiago, tornan más tenebrosa la ola criminal que perturba a la sociedad. Crespo, de 54 años de edad, fue abatido a tiros por dos hombres que viajaban en una motocicleta cuando regresaba a su hogar del residencial Rauly IV, en Los Cerros de Gurabo. Por las circunstancias en que fue asesinado parece que sus victimarios, quienes no lo despojaron de ningún objeto, cumplían alguna orden. Crespo, quien se dedicaba a la exportación de guineos y otras actividades, apenas pudo desmontarse de su yipeta  cuando recibió tres disparos que le quitaron la vida. Por las conjeturas y el miedo que infunde se trata del tipo de crimen que la Policía tiene que aclarar en el menor tiempo y al precio que sea. Crespo, calificado como un hombre de trabajo, era egresado de la primera promoción de ingenieros de mina de la hoy Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucamaima). Pese a la ola criminal que ha instalado sus reales en el país asesinatos como el del empresario activan aún más alarma sobre el problema de la seguridad.