Cójanlo

La designación de un  aliado incondicional del Gobierno para el Consejo Nacional de la Magistratura se ha revelado como una jugada burda del Senado para desviar las críticas sobre el espectáculo en torno a la designación de los jueces electorales. El alboroto no ha tardado por una maniobra que, por más inconstitucional que pudiera ser, no incidirá en las decisiones de la entidad llamada a designar los jueces de los nuevos tribunales. La designación de  Félix Vásquez puede incluir también alguna factura pendiente del senador electo y secretario general de la Liga Municipal Dominicana (LMD), Amable Aristy Castro, con el Gobierno. A Aristy Castro se le veía como el legítimo representante del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) al Consejo Nacional de la Magistratura, porque fue  el único candidato de esa organización que ganó una curul con votos propios. Los demás lo hicieron gracias a la alianza y el sólido respaldo con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Pero la tormenta en que se convirtió el espectáculo sobre la designación de los jueces electorales determinó que el Senado buscara afanosamente una vía de escape.