Cójanlo

Como resultado del malestar que generó en el sistema judicial, la Procuraduría General de la República desistió de interrogar al juez de San Cristóbal que liberó a dos hermanos pilotos y otra persona condenados por narcotráfico. El interrogatorio al magistrado Francisco Mejía Angomás en torno a la sentencia a favor de los hermanos Erisky y Edwin Manzano García y de Angel Wilson Adames fue interpretado como una intromisión del Ejecutivo en el Poder Judicial. Sin embargo, lo que más se censuró fue que la intervención contara con la anuencia del presidente de la Suprema Corte de Justicia. Muchos jueces consideraron, aunque bajo un anonimato que denota debilidades,  que la decisión sentaba un nefasto precedente para la independencia de la Justicia. El Ministerio Público captó el alcance del malestar al desistir de la citación al magistrado, aún sea bajo el pretexto de que   había sido suspendido y sometido a juicio disciplinario por la Suprema Corte de Justicia. Por la sentencia se suspendió al fiscal Félix Santana, quien no se opuso a la libertad de los tres condenados porque supuestamente tenía mucho trabajo.