Cójanlo

Sin más averiguaciones la Dirección de Ganadería sacrificó a 101 gallos de pelea que habrían sido introducidos clandestinamente procedentes de Puerto Rico. Bajo el alegato de que podrían poner en peligro la crianza los gallos fueron sacrificados e incinerados  sin siquiera investigar las condiciones sanitarias en que se encontraban. La prontitud con que procedió el director de Ganadería, Angel Faxas, se ha prestado a muchas conjeturas. Además de que no se sabe si los gallos estaban enfermos tampoco se ha determinado quiénes eran sus dueños. Es obvio que ha debido realizarse una investigación antes de un acto no sólo cruel, sino suspicaz. Los gallos habrían sido retenidos por efectivos de la Marina de Guerra en el puerto de Casa de Campo, La Romana, en donde arribaron en la embarcación “Buena vida”. Aún se tuviera que  sacrificar las aves, se debió proceder después de una investigación para determinar tanto su estado de salud como los responsables del supuesto contrabando. ¿O es que no se ha querido llegar tan lejos para no chocar con intereses políticos o económicos? Se puede pensar cualquier cosa al respecto.