La prisa con que la Cámara de Diputados aprobó 10 contratos de préstamos por 610.9 millones de dólares retrata la urgencia que el Gobierno de recursos.
El discurso que satanizaba el endeudamiento externo hace tiempo que quedó en el pasado frente a la preocupante carrera crediticia emprendida por las autoridades para obtener recursos.
Con las recaudaciones por el suelo, el Gobierno tiene todavía más necesidad de los empréstitos, ya aprobados por el Senado, para equilibrar el Presupuesto.
Del paquete hay dos por 300 y 40 millones de dólares con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para un programa de liquidez y sostenibilidad del crecimiento del país y para un proyecto de rehabilitación de redes de distribución que ejecuta la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE).
También hay dos contratos por 100.6 millones de dólares, de los cuales 50 son con el Banco Centroamericano de Integración Económica, para la construcción del proyecto eléctrico de la presa de Palomino. Los otros son con el BNDS.
Los legisladores peledeístas se habían caracterizado en el pasado por su oposición y fuertes críticas al endeudamiento externo. Objetaron incluso créditos para acueductos y obras sociales.
Aunque el oficialismo es mayoría, en la aprobación de los créditos por 610.9 millones de dólares contó con el valioso respaldo de diputados perredeístas.
Los tiempos cambian.