EFE.Washington .- La crisis económica, que comienza a rasgar el tejido del Sueño Americano, y el fácil acceso a las armas, son ingredientes que han ayudado a detonar los recientes episodios de violencia masiva en Estados Unidos, según expertos.
Desde marzo pasado, 44 personas han muerto en varios estados del país debido a actos de violencia con armas de fuego, incluyendo algunos agresores.
Sólo entre el viernes y sábado pasados, 23 personas murieron a manos de otras que, según se supo después, eran auténticas bombas de relojería, incapaces de capear la tormenta que llevaban dentro.
El viernes pasado, en Binghamton (Nueva York), Jiverly Wong, un inmigrante de origen vietnamita, irrumpió en un centro de atención a los extranjeros y mató a 13 personas antes de quitarse la vida.
Al día siguiente, en un barrio de Pittsburgh (Pensilvania), Richard Poplawski, de 22 años, mató a tres policías e hirió a otros dos con un rifle AK-47, en un enfrentamiento de unas cuatro horas con las fuerzas del orden.
Al parecer, todo comenzó con una acalorada discusión que él tuvo con su madre porque el perro se había orinado dentro de la casa, según un documento policial.
Ese mismo día, en Graham (Washington), James Harrison mató con un rifle a sus cinco hijos, entre 7 y 16 años, en la casa móvil que compartían, antes de suicidarse. Harrison acababa de descubrir que su esposa lo iba a dejar por otro.
Wong, el de Nueva York, era un hombre frustrado- pensaba que sus compañeros se burlaban de su mal inglés, había perdido su empleo en una planta de ensamblaje y apenas sobrevivía con el subsidio de desempleo.
Poplawski, el de Pensilvania, también había perdido su empleo en una fábrica y, según la policía, no era la primera vez ni la segunda que las autoridades acudían a su casa por una disputas doméstica.
Según la Campaña Brady para Prevenir la Violencia con Armas, un 34,5 por ciento de hogares en EEUU posee un arma y para 2004, había cerca de 283 millones de armas en manos privadas, de las cuales el 40 por ciento eran pistolas.
En 2005, un total de 30.694 personas murieron en EEUU a causa de un arma de fuego, y casi el 57 por ciento de los casos fueron suicidios, seguido por homicidios y accidentes.
Sin embargo, siguen siendo casos aislados en un país de más de 300 millones de habitantes.
Expertos consultados hoy por Efe aseguran que no es que la violencia doméstica haya aumentado sino que ya no es un secreto sórdido del que no se puede hablar.
Sí hay locos con armas, personas que recurren a un arma porque no ven otra solución, pero viven una realidad distorsionada- sienten que no vale la pena vivir, y si tienen un arma, lo más probable es que la utilicen, dijo Michael Mantell, un psicólogo del área de San Diego y experto en asuntos de violencia doméstica.